domingo, 30 de marzo de 2014

NUEVAS HISTORIAS

¡Hola!

Tengo varias historias. Estoy pensando en publicarlas aquí y buscar vuestra opinión antes de enviarlas a alguna editorial o concurso.

Hace unos años, cuando terminé Pegaso, escribí un cuento, un cuento sobre príncipes, brujas y princesas. Pero en dicha historia no todos parecen lo que muestran ser, sorprendiendo cuando verdaderamente descubren como son.  Algo así como suele suceder en la vida con algunas personas con las que te encuentras.

Empieza así... 

Capítulo 1
El reino de Bafilandia
Había una vez, en un lugar muy lejano, un reino que vivía en armonía y paz. Este reino se situaba cerca de un amplio bosque por el cual era protegido gracias a los encantamientos, seres y criaturas mágicas que habitaban en él. Pocas personas se habían atrevido a atravesarlo, personas que nunca volvieron. Era conocido como El Bosque Hechizado.
El reino de Bafilandia, como todo reino, tenía una aldea, campesinos, algunos nobles, herrería, sastrería, frutería, panadería, perfumería, un lavadero público, huertos, lo último en sillas de montar, tabernas en las que no estaba permitida la entrada de menores y un bonito palacio al fondo. Bafilandia estaba bordeado por un gran muro que a su vez estaba rodeado por un foso, por lo que la única manera de acceder a dicho reino era mediante un puente levadizo del que se encargaba Cesar, un amable ermitaño con joroba al que le faltaban algunos dientes.
El reino estaba gobernado por dos encantadores reyes y su hijo, el príncipe Aleinor. Aleinor era el príncipe que todo el mundo soñaría tener. Era alto, guapo, fortachón, el cabello le caía sobre los hombros, había dejado aquellas mallas ajustadas que tanto usaban los hombres de aquel tiempo por unas calzas acompañadas por unos bombachos pantalones cortos, tenía unas botas que eran el último grito en moda y su jubón le sentaba de maravilla.
Aleinor era muy querido, pues lo consideraban el príncipe más bueno, generoso, amable y, sobre todo, valiente.  Pero lo que su devoto pueblo no sabía, era que la última de estas cualidades escaseaba en el príncipe. Era un miedica, un miedica al que a duras penas le costaba disimular sus miedos. Sólo de pensar en lo que ocurrió la vez pasada…
>>Estaba cenando con algunos de los nobles del reino y los reyes. Él se sentaba junto al rey, su padre. Todo iba perfectamente hasta que uno de sus invitados se percató de algo.
-Perdone, príncipe Aleinor, su padre tiene una araña en el hombro-le indicó el hombre señalando con la cabeza al rey
-¡¿Qué?!-gritó Aleinor mirando de golpe al hombro de su padre.
Tenía razón, allí estaba, una araña. Estaba casi llegando hacia el final del hombro, en dirección al brazo, pero se había detenido. Parecía saber que había sido descubierta. Aleinor no podía soportar el mirar por más tiempo a aquel ser con múltiples y largas patas, y con ese cuerpo tan… peludo.
-Muy bueno, Aleinor- dijo su padre quien empezó a reírse junto con los invitados.
Todos creían que su grito había sido actuado, bromeado, irónico.  Aún podía disimular. Rió junto a los demás, su risa sonó algo seca, falsa, además de que fue el último en dejar de reír intentando aprovechar los últimos segundos en pensar qué hacer.
-Vamos, quítamela-le dijo su padre
-No te preocupes acabará cayendo sola-dijo Aleinor sonriendo, volviendo a coger los cubiertos
-Muy gracioso, vamos, hijo-insistió el rey sonriendo
-Ya… voy-consintió Aleinor sonriendo nerviosamente. 
Bajó la vista hacia sus manos y vio una posible solución, se ayudaría del tenedor para tirar a la araña del hombro. Levantó el tenedor, lo acercó temeroso a la araña y lo agitó contra ella. Pero como vio que la araña se pegaba al tenedor, lo dejó caer rápidamente en el suelo con el corazón latiéndole a mil por hora, le había faltado poco para gritar otra vez.
-Cuidado, hijo-le previno su madre
-Se me resbaló-se excusó Aleinor sonriendo- Estos guantes. Por favor, Marga, tráeme otro
Después de eso la cena volvió a la normalidad<<
Pero eso ya había quedado atrás. Aunque con los mismos miedos, ahora estaba mucho más feliz, entre otras cosas, porque por fin había encontrado prometida. Sus padres habían pactado el matrimonio con la hija de los Reyes del Este. Con suerte, se casaría dentro de dos semanas. 
Una mañana, el príncipe aprovechó para dar unos de sus paseos matutinos acompañado de nobles caballeros y jóvenes damas frente a los que fardaba. Aleinor, debido a su cobardía, tenía un sexto sentido con el cual podía captar desde la distancia cualquier peligro. Este sentido había aprendido a desarrollarlo a partir del día de la dichosa araña para que nunca ningún ser o cosa espeluznante lo cogiera desprevenido. Esa mañana, su sentido del peligro se activó. Por esa misma calle por la que paseaba, a unos trescientos metros de distancia, aparecía por una esquina del final de la calle, Távero, la bruja.
Távero era una misteriosa joven bruja temida por todos. Nadie se atrevía a cruzarse en su camino y mucho menos dirigirle la palabra.  Calzaba unas viejas botas negras, vestía con una raída falda morada, medias de rayas azules, una blusa blanca con un chaleco encima que se ataba desde la barriga hasta el pecho a modo de corsé y llevaba un sombrero negro de cono cuya punta caía hacia un lado.  Su cabello estaba recogido en dos trenzas atadas con lazos púrpuras y en sus muñecas colgaban pulseras de tela de diferentes colores. Sus ojos eran castaños y estaban pintados con tinta negra que subrayaba su forma dibujando una línea que los asemejaba a los de una egipcia.
Rondaban historias terroríficas y sobrenaturales sobre ella que iban de boca en boca entre los aldeanos del reino. Decían haberla visto volando sobre una escoba, comer escarabajos, hablar con los gatos e incluso entrar y salir del Bosque Hechizado como quien va de paseo por el campo; también verla lanzar rayos verdes por los ojos y fulminar con sólo tocar con un dedo, a pesar de que nadie se había acercado nunca a ella. Era tan temida que vivía al otro lado del muro, fuera del reino, aunque tenía el privilegio de entrar en él a por lo que necesitara, mayormente porque temían que acabara convirtiéndolos en sapos si se negaban a abrirle la puerta. El rey había hecho un trato con ella, no directamente por supuesto, porque no podía correr el riesgo de ser envenenado o transformado en mariposa, simplemente mandó a uno de sus mensajeros. En dicho trato constaba que la dejaría entrar en el reino a cambio de su ayuda mágica en momentos difíciles. 
Aleinor, al verla, supo de inmediato que decir:
-Estoy cansado, volvamos a palacio-comunicó a sus acompañantes
Muchos no estaban de acuerdo con él, pues no hacía ni media hora que acababan de salir de palacio, pero como era el anfitrión y, sobre todo, el príncipe del reino, decidieron no contradecirle y aceptar su decisión. Todos regresaron a palacio entre risas y con algún que otro empujón del príncipe, éste tenía especial interés de llegar cuanto antes para refugiarse allí de la bruja.
Una vez en palacio, fue junto con sus invitados al salón de fiestas donde les esperaba una grata comilona. Cuando ya empezaba a disfrutar de la velada, uno de sus empleados apareció llamando su atención. Aleinor fue junto a él con curiosidad.
-Majestad, un mensajero llegó hace poco a palacio. Pide ver con urgencia a sus majestades, los reyes de Bafilandia, y a usted-le comunicó el joven con inquietud.
-Está bien, avisa a mis padres y di al mensajero que lo recibiremos en la Sala del Trono-le ordenó Aleinor
Tras unos minutos, entre los cuales Aleinor se despedía momentáneamente de sus invitados, toda la familia real se encontró en la Sala del Trono frente a un hombrecillo menudo, con gruesas cejas y ojos saltones, que parecía muy nervioso. Traía entre sus manos un pergamino sellado con un emblema real que Aleinor y sus padres reconocieron enseguida. Se trataba del emblema de los padres de la princesa con quien Aleinor pronto contraería matrimonio.
-Bien, hable, ¿qué le trae por aquí?-preguntó el rey
-Soy mensajero de los Reyes del Este. Ellos me enviaron a ustedes para que les diera este mensaje de auxilio-explicó el mensajero dando el pergamino a el rey
-¿Auxilio?-se asustó la reina llevándose la mano al pecho y mirando hacia el pergamino que su marido leía con seriedad.
-Secuestrada-dijo el rey con voz de sentencia levantando la vista del pergamino- La princesa Tiara ha sido secuestrada
-¿Qué?-dijeron a la vez la reina y el príncipe Aleinor
-Al parecer la secuestró un cíclope cuando paseaba por el camino del Bosque de Frutas. Una de sus damas de compañía, que estaba con ella cuando todo pasó, avisó a los Reyes del Este de lo ocurrido-les contó el rey volviendo de vez en cuando a repasar el pergamino-. El cíclope se la llevó volando sobre un grifo hacia el Castillo Tenebroso
-Un grifo-repitió con temor Aleinor tragando saliva
-El Castillo Tenebroso está más allá del Bosque Hechizado, nadie en su sano juicio se ha atrevido nunca a ir allí-comentó la reina con zozobra 
-Sé que Aleinor lo hará bien-dijo de pronto el rey mirando con orgullo a su hijo
-¿Aleinor?-se sorprendió la reina con voz elevada
-¿Qué podré hacer bien?-preguntó Aleinor con ignorancia
-Los reyes esperan que tú les ayudes a recuperar a su hija, que rescates a la princesa Tiara del cíclope-le explicó el rey mirándole a los ojos
Aleinor se quedó de piedra. ¿Qué los Reyes del Este querían que rescatara a la princesa? ¿¡Él!? Tenía que ser una broma. Ni el más valeroso de los héroes había logrado volver del Bosque Hechizado, y no digamos ya del Castillo Tenebroso el cual decían estar habitado por hombres lobo y todo tipo de criaturas sanguinarias. ¿Y esperaban que él lo consiguiera? Un príncipe inexperto en la lucha y, sobre todo, miedica. Maldijo en sus adentros al maldito cíclope y su estúpido grifo, y a la princesa por no darse cuenta de que un enorme ser venía hacia ella desde el cielo, y también a la dama de compañía por su magnífica descripción sobre hacia donde llevaba el cíclope a la princesa…
-Un momento, ¿cómo sabe la dama de compañía hacia donde se llevó el cíclope a la princesa?-preguntó el príncipe con la esperanza de que se hubiese equivocado, y la princesa se encontrara en un jardín de rosas muy cerca de aquí, a ser posible sin bestias alrededor.
-La dama divisó el emblema del Castillo Tenebroso en el escudo que el cíclope llevaba junto a su garrote-respondió el rey- Ya sabes, el emblema de la familia del rey Herman, el último en habitar el castillo
Aleinor también maldijo la buena vista de la dama de compañía
-Vas a ir, ¿no?-dijo su padre
Su madre lo miró con intranquilidad y su padre con dureza. Aleinor sabía que no era capaz de ir en busca de la princesa a pesar de que fuera su futura esposa, aunque aquello de “futura esposa” ya quedaba entredicho ante los últimos acontecimientos. Pero no podía dejar que creyeran, y estarían en lo cierto, que era un cobarde. Seguro que aquel mensajero correría como un lince con la respuesta a sus reyes, fuese negativa o positiva, pero la reacción sería diferente, muy diferente, ante una u otra respuesta.
-Sí-respondió Aleinor lentamente, intentando contener el temblor de su voz y la inseguridad, miedo, en su rostro.- Claro que iré.
-Sabía que estabas hecho de la madera de los valientes-dijo su padre sonriendo dándole una fuerte palmada en la espalda, y luego se dirigió al mensajero de los Reyes del Este-. Rápido, avise de la valerosa respuesta del príncipe. Y todos en mi reino deben conocer la temerosa pero brava misión de mi querido hijo, Aleinor
El paje de palacio percibió la indirecta y salió de la sala del trono junto al delicado mensajero de los Reyes del Este, quien iba más feliz por el grato recado que llevaba a sus señores.
Aleinor se quedó sólo con sus padres en la sala, el rey lo miraba con orgullo y la reina con una máxima preocupación, pero también lo evaluaba como únicamente sabría hacerlo una madre y, como si pudiese leerle el pensamiento, dijo:
-No tienes que hacerlo sí no quieres, hijo. Es un viaje muy peligroso. Habrá otros que puedan ir en tu nombre
-Claro que quiere hacerlo-replicó el rey respondiendo en su lugar, a la vez que se levantaba del trono- Debe responder por su prometida y debe hacerlo él, porque es suya y no la de otro. ¿Qué clase de príncipe sería si no fuera a salvar a su princesa cuando ésta se encuentra en peligro?
-Con esas palabras le estás coaccionando-le defendió su madre. Aleinor le dio toda la razón, pero en su pensamiento.
-¿Coaccionando? Nunca. Él sabe que debe ir, es algo que lleva por dentro todo príncipe, es ese sentimiento de héroe, el querer dar a conocer a su reino de que talla está hecho, es valor-repuso su padre acalorado, después se volvió con brusquedad a su hijo y preguntó:-¿Tú quieres hacerlo?
Aleinor desconocía por completo aquel sentimiento del que hablaba su padre, nunca lo había sentido, suponía que era algún fallo de su ser, su cuerpo o de su sangre, como a quien le falta belleza o un dedo del pie. Pero aun así, dijo:
-Sí, por supuesto- y para asegurarle su valentía a su padre, añadió con fuerza exagerada a la vez que también se levantaba de su trono:- Ese cíclope se va a enterar.
-Ese es mi hijo-dijo el rey con alegría pasándole el brazo por el hombro- Vamos, se lo comunicaremos a nuestros súbditos. Todo el reino te alabará. Partirás mañana, sin más tardanza, ¿no?
-Eso está hecho-afirmó Aleinor, aún estaba en su papel de “acabaré con todo lo que se me ponga por delante” pero su cobarde interior había gritado corriendo en círculos al escuchar la palabra “mañana”
Aquella misma tarde, bajo un caluroso sol, en la gran plaza que había frente a la entrada a los terrenos de palacio, comunicaron a todos los habitantes del reino las intenciones del audaz príncipe Aleinor. Todos aplaudieron entusiasmados e impresionados ante la aventura que le esperaba por delante al joven príncipe. Unos se preguntaban si conseguiría salvar a la princesa, otros si lograría atravesar el Bosque Hechizado y otros a quien nombraría como el próximo heredero de Bafilandia.
Aleinor, que seguía en su papel “yo me encargo de todo”, no dejaba de sonreír y saludar, incluso se atrevió a posar con su espada asemejando atacar a alguien. Pero al llegar la noche, en la soledad de sus aposentos, el papel “yo podré hacerlo” hizo mutis en su mente y el miedo se apoderó de él. Se desvistió, se puso su camisón de dormir, dejó la vela de la mesita de noche encendida, pues le daba miedo la oscuridad, y se metió en la cama. Se tapó hasta la cabeza, abrazó a su tortuga de peluche y se acurrucó entre las mantas con los ojos abiertos como platos. Pensaba, pensaba y pensaba. Sólo venían a su mente imágenes de las peores bestias y monstruos que podría encontrar en el Bosque Hechizado, o de la horrible cara del cíclope que mantenía cautiva a Tiara… si no se la había comido ya. ¿Los cíclopes comen princesas? No tenía ni idea. Pero si fuese así, su horrible viaje sería en vano. Bueno, menos para el cíclope quien ya tendría un postre con el que acompañar el almuerzo de Tiara. Pero lo peor de lo peor era que no se le ocurría nada sobre cómo librarse de aquella terrible tarea que le había sido encomendada, fingiendo ser valiente.

© Rocío Selene Cortés Cortés)


¿Qué os parece el inicio? Espero que guste. 
Más en la próxima entrada. Además, quizás anuncie una nueva presentación..... ¡Estad atentos!
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.

martes, 25 de marzo de 2014

EL PIRATA ORUÇ


¡Hola!

Sé que muchos de vosotros os gusta escribir y tenéis alguna que otra historia en vuestra mente o en papel. Por eso, os dejo es web donde se exponen diferentes concursos de narrativa, relatos cortos, poesía, teatro... La web se llama www.escritores.org y este es el enlace de los diferentes certámenes literarios
http://www.escritores.org/index.php/recursos-para-escritores/concursos-literarios

Animaos con alguno y probar a dar vuestro primeros pasos en la literatura, seguro es una experiencia bonita.

Yo mientras tanto continuo escribiendo también, además de defender y empujar a Pegaso contra viento y marea. Hoy quería hablaros de un personaje importante en Pegaso: Oruç



Sí, el malo de la historia es un personaje importante y os diré por qué. Cuando pensé el argumento de Pegaso, quise que tuviera una parte de verdad en él (a parte de los mensajes importantes sobre la diferencia y el disfrutar de los momentos importantes). Esa verdad es Oruç.

Él está inspirado o, más o menos, es un pirata que existió de verdad conocido como Aruj o, más aún, como Barbarroja .  Era un temible pirata otomano del siglo VI (por ello la historia de Pegaso está ambientada en esa época), su nombre en turco se escribe como Oruç. Es cierto que tenía un hermano y que éste murió durante un batalla naval en la que Oruç acabó prisionero. Algunos dicen que escapó de su cautiverio cortándose parte del pie o el talón para librarse de las cadenas que lo apresaban (De ahí que el Oruç de mi historia tenga un pie de palo).  No se sabe a ciencia cierta como sucedió el que muriera su hermano en aquella batalla y él acabara prisionero, por ello decidí meter mi parte de fantasía en medio de aquella medio verdad. (Quien sabes, quizá hubo un Pegaso de por medio...)

Otra verdad de la historia de Oruç reflejada en Pegaso es que convenció a un príncipe para que le pusiera al mando de una flota de barcos y éste lo puso como capitán de uno para que atacara islas cristianas del Mediterráneo (Yo aprovecho este hecho para enlazar a Oruç del libro con el tesoro que busca Pegaso. Es decir, Oruç se beneficia de esta misión y del barco que se le ha dado para buscar el tesoro de Dybá). Aunque la historia real dice que Oruç no defrauda al príncipe, al contrario, gracias a ello consigue ser un gran y temible corsario pirata al mando de varias galeras y con el salvoconducto de algunos reyes.

Al pensar en dicho pirata para mi historia, casi todos los hechos, costumbre, vestimenta, canciones o instrumentos... tenían que estar adaptados al siglo VI, se podría decir que gran parte del argumento debía girar entorno a ello para que quedase bien la parte de verdad en la parte imaginada. Busqué rellenar huecos confusos del inicio de la historia del pirata Oruç con partes de mi historia imaginada de Pegaso para que todo fuera más interesante. Creo que quedó bien, quizá habrá algún error, pero como suelen decir algunos escritores: "en mi imaginación ocurría así".

¿Os ha parecido interesante? ¿Conocías de antes la historia de este pirata? El meter parte de verdad en vuestras historias puede ser una buena idea para los concursos literarios que os he aconsejado. Ya me contaréis si os habéis animado a participar en alguno.

Más en la próxima entrada
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos






viernes, 21 de marzo de 2014

DISFRUTAR


¡Hola!

¿Cómo va todo? Os comunico que la Feria del Libro de Granada está prevista entre los días 9 y 18 de Mayo. Voy a participar en ella, sólo estoy a la espera de información con respecto a la misma. Estoy nerviosa y motivada con ello.

¿Sabéis? Hace poco, con motivo de la feria del libro, eché un vistazo a Pegaso, exactamente por sus inicios, me gusta ver el cambio y evolución de los personajes, sorprenderme de cómo eran al comienzo de la historia.

Me centré en cuando Perséfone conoce a la tripulación de Pegaso, la escena en que ella observa sorprendida lo locos que están los piratas, al seguir a su capitán en el tema de “empezar de nuevo”. Después de dicha escena, Alejandro dice una frase que no recordaba, y que me ha hecho espabilar al leerla. (Asombra encontrar consejos que tú misma escribes y luego recuerdas en momentos oportunos)

La frase que dice es: “Disfruta de lo que tienes significa que vivas el momento, que valores lo que tienes y busques la manera de sentirte bien con lo que está a tu alcance”

Últimamente, los estudios, las odiosas obligaciones que te imponen, las preocupaciones familiares o amistosas… Han hecho que me olvidara de ello, me sentía perdida entre tantas cosas. Supongo que ustedes se habrán sentido igual en algún momento de su vida. Esa sensación agobiante que te hace sentir apresado, obligado a seguir una rutina o esas preocupaciones que te hacen incluso perder el sueño (tanto físico como motivante).  Pero me he dado cuenta, con esta frase, que uno siempre debe tratar de vivir el momento y de disfrutarlo, de buscar esos pequeños billetes que te dejan huir del mundo estresante, para ir al mundo regocijante y bonito del que de repente te percatas que está ahí, alrededor de uno mismo.

No dejen escapar días, a pesar de que estos se presenten monótonos y agobiantes, sin disfrutarlos de cualquier manera, aunque sea por unos dulces segundos que te den vida. Deja atrás tus problemas,  tus obligaciones, huye por un momento de todo ello y disfruta de lo que tienes… Paseando un poco dejando que la brisa paseé por tu cabello, sintiendo las gotas de lluvia recorrer tu rostro, observar las estrellas y la luna, quedar con esos amigos que hacen que tu risa salga natural y fresca, leer un buen libro que te libere, un momento en el salón con tus padres, arrasando con toda clase de dulces, un buen beso de esa persona que hace volar las mariposas de tu estómago… 

Había olvidado el consejo de Alejandro y ahora no me arrepiento de haberlo recordado. No lo olvidéis vosotros tampoco.

Más en la próxima entrada. Y espero tener más noticias sobre la feria del libro.


Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.

lunes, 17 de marzo de 2014

LA DIFERENCIA


¡Hola!
¿Habéis pensado alguna vez en la diferencia? ¿creéis que una buena historia debe tener un mensaje?

“Pegaso” no solo es una historia de aventuras. Mientras lo escribía no sólo pretendía crear una perfecta y encantadora historia, sino que también quería transmitir pequeños mensajes. Pienso que toda buena historia debe esconder en su argumento un mensaje, una enseñanza o un consejo.

En “Pegaso”, el mensaje que trata de aparecer durante la aventura es: no tener miedo a ser diferente. Muchas veces, las personas no son como realmente son y muchas son las razones que la invitan a ocultarse: el miedo, la soledad, el prejuicio, ser como los demás, la generalización de la sociedad… Los personajes de “Pegaso” son simplemente lo que quieren ser, sin impórtales las opiniones de los demás. Y eso es lo que yo trato de expresar. Ellos son libres de ser ellos mismos.

Siempre, todos, hemos tratado de encajar en eso que se considera ser “normal”. En mi opinión, ser normal es aburrido y seguir a los demás como borregos, no sólo es aburrido, sino que también es perderse.
Uno debe ser lo que quiere ser, o hacer lo que quiera hacer, sin importarle los pensamientos ni las opiniones de los demás.  Los demás no nos deben hacer olvidar quienes somos, ni lo que nos gusta, ni lo que queremos. 

¿Cuántas veces no nos hemos sentido fuera de lugar por tener unos gustos, unas creencias, una vestimenta o una cultura que a los ojos de los demás nos hace diferentes?

“Pegaso” hace que todo eso sea una cualidad más de la persona, algo más que la hace especial y única. Porque lo bonito de las personas es eso, que cada una es diferente.

Os animo a que seas únicos y diferentes
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.


miércoles, 12 de marzo de 2014

IMAGINACIÓN


¡Hola!

Sé que llevo muchos días sin escribir en el blog pero es que el tiempo y la imaginación me arrastran. No sólo por los estudios, sino porque no dejo escribir historias. Espero enseñároslas algún día, sin editorial por en medio (es un mundo muy complicado y estresante). publicándolas directamente aquí, porque pienso que merecen ser leídas. Una historia por sí misma es mágica, pero no despierta hasta que alguien la lee y la descubre.

Pero no es de esto sobre lo que quería hablaros. Muchas veces me preguntan cómo me imagino a Alejandro o Perséfone o cualquier otro personaje de Pegaso. Me gustaría saber dibujar para mostrároslo, pero no soy muy buena en ello. Sin embargo, hace ya vi una entrevista a una escritora que decía que pensaba en un modelo o actor para tenerlo de referencia, no solo para la descripción de su personaje sino para ayudar a sus lectores a imaginarlo.
Cuando escribía sobre Alejandro, me dí cuenta que pensaba, más o menos, en este actor.


No sé, pero siempre lo he encontrado bastante atrayente. No sé si lo conoceréis, yo sólo lo vi en una película muy divertida llamada "Ella encantada". Cuando pensé que Alejandro tenía el pelo despeinado y algo rizado, automáticamente me vino este actor a la cabeza.  No quiere decir que Alejandro sea él, sino que más o menos, es mi referencia.

Con Perséfone no sucedía lo mismo, lo cierto es que no tenía una imagen clara de ninguna mujer, creo que a ella me la imaginaba por mi misma, sin referencia. Aunque si tuviera que relacionarla con alguna modelo o actriz sería... no lo sé.... Supongo que una morena, con el pelo largo y rostro inteligente. Quizás como ella... pero con los ojos negros y sin el pelo rizado. O también como Anne Hathaway.












Los piratas son muchos para decirlos a todos. Pero, por ejemplo, Sacul lo imagino muy guapo con el pelo largo... En realidad, seré sincera, lo imaginaba como... Hugo Silva.  El nombre de Sacul, es Lucas al revés, como pequeño guiño a mi hermana y a una amiga con las que me solía "pelear" por él,
Y os confieso algo, dudé durante unos momentos sobre si Perséfone se dejaría atraer por Sacul, pero finalmente ella se decidió por Alejandro (digo se decidió ella misma porque, guiándome por su personalidad, a pesar de la belleza de Sacul, Persefone preferiría a Alejandro)



A Ocho, otro pirata, también llegaba a relacionarlo con otro actor, pero esta vez, uno de la infancia. ¿Veíais la serie "el Chavo del ocho"? ¿Sabéis el personaje de Ñoño? Pues algo así pero con gafas redondas como las de Mortadelo (de Mortadelo y Filemón).  Amarillo lo pensaba, sin relacionarlo con actores, sino con una figura de un elfo delgado y risueño que guardo en mi cuarto. Y con los demás piratas también hacia algo así, incluso los dibujaba para mí (no muy bien) para saber como quería que fueran, así pasó con Cacín, Dragón o Pies Largos. A Alejandro también lo llegué a dibujar y, a raíz de ese dibujo, llegó el actor que os mencioné a mi cabeza.

En fin, es algo que me parecía interesante comentarlo con vosotros.  Decidme, ¿cómo os imagináis a los protagonistas de Pegaso?

Más cosas en la próxima entrada.
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.







miércoles, 5 de marzo de 2014

RESEÑA DE PEGASO EN OTRO BLOG


¡Hola!

Quería mostraros una de las primeras reseñas oficiales de Pegaso. Lo hace una conocida de este blog, Marina. Ella tiene su propio blog donde opina y aconseja sobre libros que ha leído, y he tenido el grandísimo honor de que inicie sus primeros pasos con Pegaso.

Aquí os dejo su link para que podáis leer la reseña que hace sobre Pegaso.

http://lecturasentrelasestrellas.blogspot.com.es/


Cosas así suben la moral literaria. Desde aquí, muchas gracias Marina. Suerte con tu blog.

Más en la próxima entrada.
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos

lunes, 3 de marzo de 2014

LUGARES PARA UN TESORO


¡Hola!

Hoy quería hablaros acerca de los lugares donde ocultar un tesoro. No podría revelarlos nada sobre los lugares de "Pegaso" pues la historia perdería su intriga. Pero a quienes no habéis leído "Pegaso" os aseguro que son lugares alucinantes y conocidos por todos. Tan alucinantes que conforme iba escribiendo y llegando a esa parte de la aventura pensaba "Es una locura haber pensado en estos lugares para encontrar el tesoro. Es imposible llegar a ellos a escondidas"  Pero, como gran aficionada a la literatura, siempre he creído que una de sus grandes ventajas es que en el mundo de la imaginación puedes hacer lo que te de la gana, por imposible que parezca. No ocurre como en la vida real que estas limitada por leyes, normas o formulas físicas, si quieres que ocurra algo en un libro, sólo tienes que imaginarlo. Y eso hice.

El primero de los lugares, es uno muy especial para mí y necesitaba escribirlo en Pegaso, debía hacerlo sí o sí. Me hacia mucha ilusión haberlo elegido como uno de los lugares importantes de la historia, pero después casi me vuelvo loca intentando que los protagonistas entraran en él sin ser vistos pues siempre me habían enseñado que aquel lugar había sido casi imposible de invadir.  Leí mucho acerca de aquel lugar, en libros de historia, enciclopedias, mapas... Pero no sabía como hacer lo que quería hacer de manera lógica y creíble. Puede que finalmente hubiera algún fallo histórico o de descripción del lugar, pero en mi libro estaba bien y ocurría tal y como lo conté.

El segundo de los lugares, en un principio me lo tomé demasiado a la ligera, pero cuando leí acerca de él y vi en un documental donde se decía como se supone que estaba todo distribuido en la zona, y la altura del edificio donde debían ir, me di cuenta que lo que había planeado era una tontería. Eso ocurrió cuando ya tenía la historia acabada y tuve que volver a borrar parte de lo que ocurría en el meollo de la búsqueda del tesoro. Por fin, tras darle varias vueltas al asunto, conseguí lo que quería, de la manera más cercana a la realidad de aquel tiempo.

El tercer lugar debido a lo poco que sabía de él, no actualmente sino de su historia en la antigüedad, no quise profundizar demasiado en sus alrededores o descripción, simplemente me dediqué a lo esencial para no meter demasiado la pata. Al final, me gustó el resultado

Gracias a todo ello, aprendí mucho acerca de aquellos lugares cuando creaba Pegaso, ahora tengo una gran curiosidad por ellos (bueno, por el primero de ellos ya la tenía desde pequeña, me refiero, sobre todo, a los dos últimos lugares) tanto es así que están en mi lista de cosas que cumplir y espero visitarlos algún día.
Por ello, también tarde mucho en escribir Pegaso, tuve que leer y aprender acerca de los temas que iba a tratar, cosa que me parecía muy importante y, al menos, buscaba tener una base de verdad en relación con la historia. Porque eso es lo que me fascina de algunos libros, a pesar de ser en mayor parte algo inventado, tienen una base real o detalles históricos que son ciertos, lo que los vuelve interesante e incluso te llegan hacer creer que fuera posible aquello que cuentan. ¿Por qué no pudo haber un Pegaso en la historia? ;)

Nada más que contaros por hoy. Solo recordaros, estad atentos a la Feria del Libro de Granada!!

Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.