martes, 21 de abril de 2015

ODA A LOS LIBROS

¡Hola!
Con motivo de la feria del libro y del día del libro, día tan importante para mí como mi cumpleaños o más, he escrito un pequeño halago hacia los libros. No es gran cosa pero sale del alma. Espero que os guste, tal vez os sintáis identificados.

Oda a los libros
Libro. Palabra mágica para mí y otros muchos. Palabra que significa aventura, fantasía, amor, emoción, intriga... pero también refugio, protección, huida y viaje.
Para un amante de la lectura, un libro es más que un montón de páginas llenas de letras, es más que gramática y ortografía.
Cuando uno abre un libro, siente cierta emoción y un hormigueo en el estómago. Es casi como empezar un coqueteo. Poco después, lees la primera frase y, sin darte cuenta, estás atrapado en él. Comienza el maravilloso don de la imaginación. Cuando digo que quedas atrapada o atrapado, no me refiero entre sus páginas, sino en su mundo. Y es que se crea todo un mundo con simples frases que construyen historias y alguien dispuesto a leerlas.
Leer. Otra maravillosa palabra. Una maravillosa acción. Sin duda, lo mejor que he aprendido a hacer en mi vida. Cuando lees un libro, te cautiva su mundo y te enamoran sus personajes, hasta tal punto que ríes, lloras y te arriesgas con ellos, además de conocer cada rincón que pisan en ese mundo suyo.
Puedes asustarte del pirata de una sola pierna que busca  "La isla del tesoro"…
Sonreír ilusionado al ver con tus propios ojos el colegio de magia en el que un tal Harry Potter va a ingresar…
Enamorarte como una tonta junto a Elizabeth Bennet de un tal señor Darcy…
Emocionarte al escuchar a Romeo hablar a su Julieta o a Mariana Pineda en palabras de un gran Lorca…
Elevar tu autoestima con los cuentos de un  "gordo" psicólogo que te presenta el señor Jorge Bucay…
Desear encontrar tu tesoro sabiendo que el universo te ayudara en su busca como a un alquimista…
Sentir tu mente trabajar en pos del razonamiento para resolver un caso junto a un gran detective consultor…
Reír a carcajadas con las consecuencias de acumular mal karma…
Viajar en el tiempo y conocer el futuro o el pasado…
Entrar por un armario para encontrarte en un reino encantado…
Tener miedo de lo que conllevaría no destruir un simple anillo…
Hablar idiomas que no figuran en el mundo  del que vienes…
Querer saber el nombre del viento…
Llorar sin reparo ante la muerte de uno de los héroes...
Todo eso y más sientes con un libro, y lo agradeces. Es un escape, un respiro de tu propio mundo. Por eso lees. Por eso celebras un buen libro. Por eso amas la literatura. Por eso adoras a escritores como Shakespeare, Rowling, Sierra, Lorca, Rothfuss, Tellado, Austen...
Cuando estás dentro de él, no puedes y no quieres parar de leer. Horas que para ti pasan volando en los días del libro del que estás felizmente prendida. Lo llevas a cualquier parte, aprovechas cada momento y lugar para volver a sumergirte en él. Incluso eres capaz de no dormir o arriesgarte a perder el autobús por no alzar la vista (te ha pasado más de una vez).
Pero es que los demás no entienden que tu corazón está atrapado por la aventura. Estás perdido en un bosque, estás huyendo del enemigo, quieres salvar del peligro al héroe junto a quien llevas batallando días, estás a punto de encontrar el tesoro o de presenciar ese ansiado beso de amor.
No puedes interrumpir tu lectura en un momento así. Para quien no ame leer, ser interrumpido en medio de algo así es como ser despertado de golpe de un buen sueño o que te hablen en mitad de una película o mientras estás buceando que alguien saque tu cabeza a la superficie. No gusta demasiado e incluso te enfada un poco.
Y ocurre que lo terminas. Cierras la solapa con una media sonrisa, una sonrisa con un toque de tristeza. Sí, tristeza. Tanto que lees para acabarlo y luego te afliges por terminarlo. Sientes que dices adiós a un buen amigo. A un amigo que te ha hecho vivir y sentir tanto. Dices adiós a los personajes, a ese mundo, a la aventura... Incluso llegas a soltarlo con una suave caricia en su lomo.
Pero esto es un ciclo. Ningún amante de los libros se queda con uno el resto de su vida.
Y es que, como decía un gran escritor "Un lector vive mil vidas antes de morir..." Sabes que tarde o temprano tendrás otro entre tus manos. Volverás a sumergirte en aquel objeto mágico al que todos llaman LIBRO.



Más en la próxima entrada. Y el final de Pegaso, no lo he olvidado :)
Y por favor, no tengáis reparo en comentad sobre ellos o sobre esta misma entrada.
Hasta la próxima.

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