jueves, 27 de febrero de 2014

Feria del Libro y Leer para vivir

¡Hola!

Ya sé como participar en la Feria del Libro de Granada y lo haré. Esta tendrá lugar en mayo y espero veros allí. Aún no tengo mucha información sobre ello, pero en cuanto la tenga os lo contaré todo.

Mientras tanto que os puedo decir... sigo intentando empujar a Pegaso para que siga navegando. De tanto estar con Pegaso me ocurre algo muy gracioso. Cuando quiero dirigirme a alguna amiga u otra persona, tengo la tentación de llamarles Alejandro o Per (diminutivo del nombre de la protagonista).
Sigo escribiendo, mucho, pero historias que no sé muy bien cómo mostrar. Aunque al realizarlas siento que respiro tras haber estado un largo tiempo bajo agua. La vida a veces te ahoga.

A la espera de que me llegue la inspiración, leo. Me encanta leer. Leyendo te trasportas a otros mundos y te relajas. En serio, no sé vosotros, pero a mi leer me sirve para todos mis estados de ánimo. Para todos ellos, la lectura es buena compañía y amiga.

Leo de todo. Me gustan novelas de ahora, la última ha sido "La canción numero 7" os la recomiendo a todos. Además lei otra muy interesante y filosófica llama "El hombre que perseguía el tiempo" (de la autora "el cuento numero trece"), es una novela que mezcla drama con un poco de miedo (al menos a mí me lo dio).
 Pero también me gusta curtirme, tener cultura literaria, y leo libros clásicos. He leído a García Lorca, Corín Tellado...Aunque mis clásicos favoritos son de los autores William Shakespeare, Jane Austen o Arthur Conan Doyle. Os diré por qué. Con las obras de Shakespeare te das cuenta que, por muchos años que pasen, las personas seguimos sintiendo, pensando y actuando de la misma manera con el amor.
Jane Austen describe situaciones y emociones muy comunes, con las que puedes sentirte identificado y, al igual que Shakespeare, son las mismas a lo largo del tiempo. Pero no sólo por ello, sino también porque te das cuentas que ciertas personalidad o actitudes en las personas te las sigues encontrando hoy en día. Siempre he pensado que el mundo a avanzado en tecnología, pero no lo ha hecho en lo referente a las personas, sus comportamiento, sus actitudes...siguen siendo las mismas, siguen siendo orgullosas, cometiendo los mismos errores, cediendo a persuasiones, queriendo poder, celosas, dañinas... sólo encuentras un par de personas, entre millones, en la que observas que ha evolucionado, que es diferente, que es reflexiva, luchadora y vive sobre todas las cosas.
Arthur Conan Doyle me gusta por el personaje tan increíble que llego a realizar y que terminó, incluso, por ensombrecerle. Además, te ayuda a ser, parecerá tonto, más razonador, a que te fijes más en aquello que oyes o miras. Sherlock Holmes dice "todos miran pero pocos observan" y eso creo que les falta a la mayoría, saber observar. También me gusta leerlo, no sólo para hacer de detective (sí, soy una friki de esto), si no porque después de tantas emociones que te desbordan, Sherlock te ayuda a dejarlas a un lado, a serenarte haciéndote que te dediques a ser simplemente racional. (por cierto, si sois fanáticos de estas novelas os recomiendo "Las violetas del circulo Sherlock" un libro muy interesante, que te gustará leer si te gusta Sherlock Holmes)

Espero con eso contestar a muchas de vuestras preguntas sobre que libros me gustan ;)
Ahora me debéis responder vosotros, ¿cuales son vuestros libros favoritos? ¿Que opináis de mis clásicos?

Tras leer tanto durante mi vida, buscaba hacer una historia que me gustara, una historia que imaginase yo y tuviera todos aquellos ingredientes literarios que me gustan. Así surgieron varias narraciones, hasta llegar Pegaso.
Me gustaría deciros más sobre él y sobre su historia, pero temo desvelar su misterio haciéndolo.
 Descubrí que también se aprende mucho, tal vez en la siguiente entrada cuente cómo busque información para que los protagonistas pudieran acceder de una manera lo más lógica posible a los lugares donde se esconden las diferentes partes del tesoro. Fue un verdadero quebradero de cabeza, pero me divertí y aprendí haciéndolo.
Mientras tanto no perdáis oportunidad de leerlo. Y no olvidéis lo de la Feria del Libro de Granada!

Más en la próxima entrada, y más sobre la Feria del Libro de Granada con Pegaso en ella :)
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.





viernes, 21 de febrero de 2014

GANADORES DEL CONCURSO

¡Hola!

Ya salieron los ganadores del concurso del "Pegaso"


Les he respondido en su comentario (así que miradlo los ganadores) para que se pongan en contacto conmigo mediante otro comentario (que no será publicado por privacidad)y así hacerles llegar su premio. Gracias por concursar a los dos.

¡¡Enhorabuena!! 

sábado, 15 de febrero de 2014

CONCURSO Y PREMIO LIBRO

¡Hola!

He pensado en hacer una especie de sorteo como regalo para vosotros. Consistirá en responder a un par de preguntas y las tres primeras personas que las acierten, recibirán un libro de "Pegaso", dedicado y firmado por mí, con un separador como este, además del que repartí en la presentación.



Las preguntas son las siguientes:
-¿Qué es Pegaso en la historia?
-¿Como se llaman los protagonistas?
-¿Cuál es el nombre del pirata de la leyenda?

DEBERÁN CONTESTAR MEDIANTE COMENTARIO EN ESTA ENTRADA. EL CONCURSO DURARÁ UNA SEMANA 

Las tres primeras personas que contesten correctamente, ¡ganarán!
Anunciaré dicho ganador en la próxima entrada, él o ella me escribirá en un comentario,  que sólo veré yo (por privacidad), su correo electrónico (como se tienen que moderar yo puedo elegir si se publica o no, así guardaré la privacidad del ganador/a). Me pondré en contacto por e-mail para determinar la dirección para enviarle el premio.

Nada más que decir
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.



sábado, 8 de febrero de 2014

PREGUNTAS RESPONDIDAS


¡Hola!

Siento haber tenido abandonado el blog durante tantos días, pero ¡yo también estoy encarcelada por los exámenes! (espero ansiosa terminar para recuperar mi libertad sin ataduras)

En principio quería agradeceros a todos muchísimo vuestras visitas al blog y, sobre todo, vuestros comentarios. En serio, no agradezco por cortesía, sino de corazón, sinceramente me ilusionan, me animan y me encantan.

Quería responder mediante esta entrada a las preguntas más frecuentes que me realizáis y así dedicaros todo el espacio posible.
Una de vuestras preguntas más frecuentes, es acerca de la personalidad de los personajes. La verdad es que no tengo muchos trucos al respecto, pero si es cierto que es importante tenerla bien definida para el desarrollo de la historia. Supongo que muchas se crean basándose en personalidades que has visto en otra gente y otras nacen de la imaginación y tus expectativas respecto a ese personaje.  Tal vez os sirva lo que dije acerca de Alejandro, el protagonista de "Pegaso", en una de las entradas pasadas, acerca de como lo cree.
Al igual que la personalidad, es importante tener clara la historia, quizás no toda pues quizás te sorprendas cambiando su camino final por otro o una aventura por otra, pero sí es esencial que tengas claro al menos tres partes sólidas que te sirvan de guía y creas importantes en esa historia que tu imaginación insiste en crear.
Claro, no hay ingredientes exactos en la receta para hacer un libro, una historia, un cuento... Todo es cuestión de dejarte llevar por tu imaginación, investigar, ser curioso y escribir lo que te dicte tu inspiración. Y lo más importante, que disfrutes y aprendas mucho durante tu pequeña aventura de escritor/a.

Otra pregunta frecuente es acerca de si antes de "Pegaso" había escrito más historias. La respuesta es que sí, pero como decíais algunos de vosotros en uno de los comentarios, las escribía para mí. Mi timidez y la sensación de mostrar un secreto personal me impedía mostrarlas a los demás, quizás ahora, algún día, me atreva a mostrarlas por el blog.  Pero se diría que practiqué un poco antes de Pegaso y que eran historias completamente diferentes a él, aunque coincidían en el ingrediente de la aventura. Quiero deciros también, en relación con esto, que no es malo escribir para uno mismo, es decir, yo no pienso que al ocultar parte de las historias que creaba hacía mal para mi, al contrario, me ayudaban a crecer no sólo en la escritura sino también como persona, me conocía a mi misma y, la vez, era toda una experiencia liberadora y relajante. ¿Sabéis esa sensación de querer bajarte del mundo por un momento? Pues yo lo conseguía, no solo con la lectura, sino también cuando imaginaba y escribía.  Así que animo a todos aquellos pequeños escritores ocultos o que se inician, a que continúen escribiendo pues tienen el poder de hacer algo muy bonito, especial y único.

La siguiente pregunta es acerca de firmas de libros o aparición en ferias del libro. Me gustaría ambas cosas pero no sé como conseguirlas, pero prometo que estoy en ello e informar si llego a hacer alguna de esas cosas tan bonitas que me proponéis con "Pegaso".

¿Pegaso tiene segunda parte? Mmmm... Es una pregunta interesante que quizás se responda a sí misma. ¿Hay otra historia en camino? Otra pregunta igual de acertada. Simplemente digo que nunca dejo de imaginar ni de escribir.

Me ha encantado parar un poco para escribir esta entrada. Prometo una con sorpresa para la próxima. Una vez más, muchas gracias a todos y seguid siendo parte de "Pegaso"

Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.



sábado, 1 de febrero de 2014

TERCER CAPITULO

¡Hola!
Este es el último de los capítulos de "Pegaso" que subiré al blog. Como os prometí, hasta el capítulo 3. Espero que lo disfrutéis y os animéis a embarcaros en esta aventura.


3

DYBÁ Y DAVID


Perséfone sorprendida tras esa revelación, no podía dar crédito a lo que oía. El amable y querido gobernador un horrible y temido pirata.
-¿Cómo puede ser?-preguntó-Pero si todos cuenta que fue un gran gobernador.
-Sería un gran gobernador en su momento de gobernador. Pero también era un pirata, o lo fue antes de ser gobernador-le dijo Alejandro y, como Perséfone seguía igual de sorprendida, continuó:- Verás, él fue secuestrado por unos piratas cuando tenía quince años. Sí, sé que regresó sano y salvo-aclaró rápidamente antes de que Perséfone lo interrumpiera- Pero cuando volvió, se dio cuenta de que no le gustaba su aburrida vida y decidió que le gustaba más ser un pirata. ¿A qué fue con veinte años su primer viaje para “establecer lazos”?
Perséfone asintió recordando todo lo que le había enseñado su padre sobre el gobernador David. Su padre le contó que fue secuestrado con quince años pero que encontró la manera de volver gracias a unos pescadores y, más tarde, cuando tuvo los veinte años, empezó con sus hazañas. Estás eran de tal calibre que tardaba meses y meses en volver.
-Pero he visto pinturas de él en el museo y no parecía un pirata-comentó Perséfone
-Es normal. No iba  a vestir como un pirata para que lo descubrieran. Supongo que cada vez que volvía, escondía la ropa en alguna parte-le explicó Alejandro.
-¿Y cómo sabéis vosotros que David y Dybá son la misma persona?-preguntó ceñuda Perséfone.
-De hecho, creo que somos los únicos que lo sabemos-respondió Alejandro- Verás, mi padre formaba parte de su tripulación. Ingresó en ella con sólo quince años. Estuvo siempre con él y conocía su secreto. Cuando Dybá murió, mi padre tenía treinta y ocho años, aún era joven y continúo con la piratería llevándome a mí con él. Antes de morir, mi padre me dio esta nuez que le había dado Dybá y me contó su secreto. Ese poema, esconde el secreto de donde guardó el tesoro que reunió durante sus años de piratería.
-¿Y tu padre no te contó donde estaba el tesoro?- le preguntó Perséfone
-No. Dybá nunca le contó a su tripulación donde llevaba sus bolsas de oro, pero sí dejó pistas por puro placer. Mi padre me dijo que Dybá no quería que su identidad oculta quedara en el olvido, así que escribió este poema a modo de acertijo en el que decía donde estaba su tesoro. Mi padre creía que estaba en la India porque se detuvo varias veces allí, pero también lo hizo en España, África, China…Así que no se sabe seguro donde se esconde.
Perséfone volvió a leer el poema. Estaba claro que había tres lugares importantes donde ocultar el tesoro según el poema. Estaba Andalucía, Grecia y su tierra natal, que Perséfone suponía era Galicia. Pero todo era muy extraño, no había nada más a simple vista, sólo lo que había escrito en el poema que no dejaba nada en claro. Y esos dibujitos junto a cada párrafo, parecían medias lunas o algo así.
-Espera, esto lo he visto antes-dijo Perséfone
-¿Qué cosa?-preguntó Alejandro a la vez que se acercaba a ella y miraba el papel por encima de su hombro.
-Este símbolo-contestó Perséfone señalando la última luna-Lo llevas tú en el cuello.
-Ah, eso ya lo sabía. Así fue como supe que era el poema de Dybá, es lo único en todo el museo que llevaba ese símbolo.-le explicó Alejandro.
-¿Me dejas verla?-le pidió Perséfone- Tal vez esté relacionada. ¿No has dicho que perteneció a David?
-Dybá-le corrigió Alejandro. Dudó un minuto antes de darle el colgante.
Perséfone dio el papel a Alejandro y empezó a examinar la nuez de cerca. Tenía grabado en ella el mismo símbolo que el poema. La nuez era muy vieja y algo sucia.
-¡Ya sé! Tendrá algo dentro-dedujo Perséfone, pero apenas intentó abrirla, Alejandro se la quitó de las manos.
-No. Era de mi padre. No dejaré que la destroces-le dijo Alejandro enfadado
-Pero, capitán, podría contener alguna pista dentro-trató de convencerle Cacín.
-Ese viejo pirata era muy listo. Seguro que se las apañó para guardar un mapa ahí dentro-argumentó Sacul.
-Además, técnicamente no era de su padre- dijo Profundo
-¡Basta!-dijo Alejandro enfadado- Soy el capitán y yo decidiré que hacer. Volved a vuestros puestos y mantened rumbo al sur.
Alejandro se fue hacia el timón algo disgustado. Perséfone fue tras él enseguida, ella no quería estar en ese barco y menos si era de piratas.
-Me prometiste que me devolverías a casa-le dijo Perséfone a Alejandro mientras este movía el timón de nuevo.
-¿Qué? Te prometí no tirarte por la borda-aclaró Alejandro mirándola molesto.
-Pero…yo tengo que volver a mi casa. Yo no quería quedarme aquí-replicó Perséfone disgustada
-Entonces, ¿por qué subiste?-le preguntó Alejandro mosqueado, pero continuó hablando sin esperar respuesta:- De todas formas, no puedo llevarte a casa. Así que disfruta del viaje.
Perséfone quiso recriminarle pero no pudo pues estaba al borde del llanto, así que se dio la vuelta y bajó hasta la cubierta. Alejandro se quedó mirando cómo se iba y observó que se pasaba una mano por los ojos. No sabía por qué, pero algo a la altura del estómago no lo dejaba en paz.
-¡Barriga de Oso! ¡Ven aquí!-llamó Alejandro, y cuando estuvo a su lado, le dijo:-Sustitúyeme un momento.
Dejó al timón a Barriga de Oso y se fue tras Perséfone. Se había subido al castillo de proa y miraba hacia el océano apoyada en la barandilla. Cuando vio que Alejandro se acercaba, se enjuagó la cara rápidamente.
-Mira, no puedo dejarte en casa porque me cogerían.-le explicó Alejandro con pesadez mientras también se inclinaba en la barandilla- Yo no puedo volver allí. Seguramente me estarán buscando por haber robado y formado todo aquel revuelo.
-Entonces, ¿qué se supone que tengo que hacer? ¿Quedarme en este barco para siempre?-le preguntó algo contrariada.
-No-negó Alejandro quitándole importancia- Puedo dejarte en otro puerto o ciudad y tú ya volver desde allí.
Perséfone reflexionó durante un momento mientras observaba el ondear del agua y como el cielo iba poco a poco oscureciéndose. Volver a casa era lo correcto, pero bajar de ese barco para estar en un lugar lejos de ella mucho mejor.
-Estar en otro sitio estaría bien-terminó por decir Perséfone.
-Genial-dijo Alejandro sonriendo y se volvió para marcharse.
-Espera-le detuvo Perséfone- Gracias. Si quieres puedo ayudarte con ese acertijo mientras busco ese otro sitio donde quedarme.
-Eso estaría muy bien. Necesitaré leer ese acertijo varias veces- le apuntó Alejandro y luego, mirando la nuez, preguntó:- ¿De verdad piensas que puede haber algo aquí dentro?
 -Tal vez. Pertenecía a él y tiene justamente el mismo símbolo…Mira, si la abrieses por la mitad, quizás luego se podría volver a unir.
-Es que…no quiero romperla. Sé que no era de mi padre pero fue de él durante un tiempo, y es el único recuerdo que tengo de él- le contó Alejandro mientras volvía a apoyarse en la barandilla.
-Entiendo-dijo Perséfone mientras asentía con la cabeza- No te preocupes. No es seguro que haya algo dentro. Leeremos mejor ese poema por si hubiese otra cosa.
Hubo un silencio mientras observaban en el horizonte como se iba el sol lentamente para dar paso a la noche.
-Sí, pero seguro que está en la nuez. Es la única cosa existente que supiésemos que pertenecía a Dybá-le dijo Alejandro-¿Cómo podría unirse?
-Si la partes por la mitad, podrías unir las dos partes atándolas con una cuerda pequeña o algo así-le explicó Perséfone.
-Eh, es cierto-coincidió Alejandro alegremente tras pensarlo. Miró el oscurecido cielo en el que ya empezaba a aparecer las primeras estrellas- De todas formas, me arriesgaré a hacer esto mañana. Ya está anocheciendo y no veremos bien la mitad de la nuez.
-Sí, será lo mejor-opinó Perséfone
-Mucha gracias, Per. Ha sido toda una suerte encontrarte-dijo Alejandro mientras le daba una palmadita en el hombro a la vez que sonreía.- Iré a contarle mis planes a la tripulación.
Alejandro se fue, dejándola sola en el castillo de proa. Perséfone escuchó desde allí como Alejandro alentaba a la tripulación con el plan de abrir la nuez. Todos se pusieron muy contentos y el ruido de carcajadas volvió a sonar.
Cansada, se sentó con la espalda apoyada en el barco, echó la cabeza hacia atrás y, mientras miraba las estrellas, pensó en su familia. Quizás ya estarían buscándola, ó alegrándose de haberse librado de ella. ¿Belinda estaría preocupada? Seguro que no, no le preocupó demasiado el no invitarla a su estúpida fiesta. ¿Y el resto? El resto no le importaba lo que sintieran…
Pero, ¿qué estaba pensando? Estaba sola, con unos piratas, lejos de casa y con escasas posibilidades de volver a tierra. Ella es la que tenía que estar preocupada. Se echó hacia delante de golpe y miró hacia su izquierda. Sólo había unos cuantos piratas en cubierta y Alejandro, como siempre, al timón. Él le había asegurado que la dejaría en tierra, en el lugar que ella quisiera. Parecía de fiar, pero a veces era tan imprevisible, tan infantil, que no estaba segura de que pensar sobre él o de si debía confiar. Aunque parecía buena persona...
Perséfone volvió a posar la espalda contra el barco y, mientras pensaba una y otra vez en su situación, se quedó dormida.