martes, 29 de septiembre de 2015

ME PASO A FACEBOOK

¡Hola!

Os informo que me he hecho una página en Facebook. Mi blog se ha vuelto un poco loco y no sé arreglarlo.
Nos vemos por allí, prometo estar más activa, dar más consejos sobre libros y hablar de mis aventuras, tanto de Pegaso como de mis relatos en la revista Nuevas Opiniones y el nuevo libro Hugo Holmes.
Espero que os guste y comentemos más fácilmente por ahí.
Nos vemos en Facebook. Aquí dejo el enlace de mi página.

Rocío Selene web facebook


Nos vemos por allí.
;)

lunes, 14 de septiembre de 2015

HUGO HOLMES

Hola!
Sé que mi blog se ha destartalado un poco (ni si quiera sé cómo) y que lo tengo muy abandonado pero...
¡¡Quiero anunciaros que tengo un nuevo libro en marcha!! Se llama Hugo Holmes y está en la campaña de la editorial Tandaia.

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Necesita mucho apoyo para ser publicado. Cuantas más reservas se hagan en menos de un mes, más posibilidades habrá de que lo publiquen. Si llegan a la meta propuesta, me lo publicarán.

Os explico detalladamente como se reserva.
1. Debéis meteros en la página WWW.TANDAIA.COM
2. Una vez dentro, pinchad en mi libro HUGO HOLMES.
3. Se os muestra la página del libro, donde se explica de qué va y cómo podéis colaborar.
4. En la página del libro, elegid qué recompensa queréis para colaborar. Hay varias opciones:
·         9€ (recibes el libro en pdf o ebook)
·         16€ (recibes el libro físico)
·         21€ (recibes el libro tanto físico como en pdf o ebook)
·         27€ (todo lo anterior y además saldrías en los agradecimientos del libro)
5. Tras elegir la recompensa, sólo debéis seguir los pasos que se os indican para pagar con tarjeta como cualquier compra por internet.


Si se llega a la meta propuesta en la campaña, recibís la recompensa poco antes de que se vaya a publicar el libro. Si no llega (espero que sí) se devuelve íntegro el dinero.


Sé que estamos en tiempo difíciles, pero si no podéis reservar, compartir con vuestros amigos para que ellos puedan valorar también y decidir si reservan.

Aquí os dejo el enlace


Gracias por adelantado.
PD: No me olvido de Pegaso ;)

martes, 21 de julio de 2015

PRIMER CAPÍTULO DE PEGASO 2

¡Hola!
Aquí os traigo lo prometido, el primer capítulo de Pegaso 2 y la leyenda de las aguamarinas. Espero que os guste ;)


1
COMIENZA UNA NUEVA AVENTURA
Habían pasado ya casi dos años desde su aventura en busca del tesoro del pirata Dybá y se encontraban más felices que nunca.
Alejandro y Perséfone habían aprovechado que el resto de la tripulación dormía plácidamente en Pegaso para bajar hasta la playa de su recién descubierto islote. Corrían entre risas por la arena mojada, haciendo sonar el agua bajo sus pisadas y provocando que las olas se rompiesen antes de llegar a la orilla. Sus huellas quedaban grabadas tras sus pasos pero pronto se borraban gracias al mar. La luna llena les servía de guía y la brisa agitaba sus cabellos. Se detenían para besarse entre abrazos juguetones y sus risas llenaban el aire del lugar.
-Me haces cosquillas-le decía Perséfone a Alejandro entre risas.
-Es que me encanta cuando te echas esos aceites aromáticos-contestó Alejandro mientras le olfateaba el cuello y, de vez en cuando, lo besaba.
Hacía ya un año que se habían casado. Perséfone aún no se lo creía, tanto tiempo odiando el matrimonio y no había tardado ni un mes en casarse con Alejandro después de que éste se lo pidiera.
La boda fue más original y diferente que las bodas ordinarias. Planearon casarse en Pegaso, en mar abierto, frente a toda la tripulación.
Por supuesto, los padres de Perséfone también fueron invitados, felices de que por fin su hija sentara la cabeza, aunque no como les hubiera gustado. “No todo puede ser perfecto”, se dijeron. Habían conocido a Alejandro oficialmente en una de las visitas de Perséfone a Rísoen, las cuales eran cada un número indeterminado de meses. Sus padres los invitaron una comida en la mansión, una comida tensa al principio pero relajada hacia el final, cuando por fin empezaron a aceptar que el amor de su hija era aquel pirata. Perséfone y Alejandro no se quedaron mucho tiempo por temor a que los guardias del gobernador reconocieran a Pegaso como un barco pirata. Los padres de Perséfone guardaban el secreto de la identidad de Alejandro y el paradero de su hija frente a la sociedad con mentiras tipo: su hija se había casado en el extranjero con un rico caballero inglés. Mentira que en parte se haría realidad en un futuro cercano…
La boda debía ser oficiada por el capitán, pero Alejandro no podía casarse a sí mismo, así que decidió delegar esa tarea a su segundo de a bordo: Barriga de Oso. 
-Aunque lo cierto es que me hubiera gustado que fueses…mi padrino-le confesó Alejandro a Barriga de Oso en el camarote, cuando le comunicó que quería que oficiase su boda-. Eres algo así como un padre para mí.
-Y yo te quiero como a un hijo-le dijo Barriga de Oso emocionado, dándole una palmada en la espalda con su enorme mano-. Pero será mejor que delegues ese placer a otro si quieres casarte. Cualquiera de la tripulación aceptará con gusto.
-Lo sé, me gusta que sea uno de ellos-reconoció Alejandro riendo-. Me gustaría que fuesen todos pero eso no puede ser.
Cuando Alejandro comunicó a su tripulación que necesitaba un padrino todos se ofrecieron voluntarios, al menos esa vez no se habían echado a reír como cuando les dijo que quería casarse. Tuvieron que sortearlo. Tras varios minutos de angustia ante unos papelitos introducidos en un sombrero, el ganador fue…  Profundo.  
La boda se celebró una mañana soleada en mar abierto, cerca de Galicia, sobre la cubierta de Pegaso. Perséfone llevaba el vestido de boda de su madre y Alejandro un bonito traje que había comprado con el dinero del tesoro del pirata Dybá. Barriga de Oso los casó improvisando algunas bonitas palabras.
-Muchachos, padres de Per, estamos aquí para presenciar el matrimonio de nuestro querido capitán Alejandro y… Per, ¿de qué te ríes?-preguntó Barriga de Oso pues las risitas de Perséfone no le dejaban concentrarse en su discurso.
-Perdón, es de los nervios- se disculpó Perséfone sonriendo, pero carraspeó al ver la mirada de su madre y dijo:- Continúa, ya me tranquilizo.
-Le pasa desde pequeña-comentó su padre a la tripulación apaciblemente con las manos unidas frente a su barriga.
-Bien, como iba diciendo estamos aquí por el matrimonio de nuestro capitán, Alejandro, con nuestra gran amiga, Per. El amor… ¿y ahora a ti qué te pasa?-se interrumpió Barriga de Oso mirando esta vez a Alejandro, quien también se reía.
-Es que…yo… Es que Per me ha pegado su risa- dijo Alejandro sonriendo. Pero al ver que Perséfone estaba a punto de volver a reír, se tranquilizó, evitó su mirada y añadió:-Lo siento. Continúa, Barriga de Oso.
-Vamos otra vez-dijo suspirando Barriga de Oso-. El amor es un sentimiento que llena el corazón de las personas. Es como un milagro que…
Pero Alejandro y Perséfone cometieron el error de mirarse y las risas volvieron a interrumpir la ceremonia. Risitas que intentaban ahogar con las manos o mirando hacia otro lado.
-Esto así es imposible- se quejó Barriga de Oso por encima de la risa de los novios- ¿Vais a parar?
-Sí-contestaron a la vez, aunque sus caras decían lo contrario a pesar de que intentaban estar serias.
-¿De verdad?
-Claro-respondieron al unísono.
Pero hasta la cuarta no fue la vencida. Barriga de Oso pudo soltar por fin su discurso, Alejandro y Perséfone acabaron casándose, y todos los demás aplaudieron con alegría. Después, la fiesta fue toda diversión entre música, bailes y animadas charlas. Los padres de Perséfone se sentían a gusto entre los piratas y Alejandro les parecía agradable, aunque no fuera exactamente lo que buscaban para su hija ¿Quién querría que su hija acabara casada con un pirata? Pero le hacía feliz, quizás no fuera lo socialmente correcto y ellos debieran intervenir…sin embargo, no lo hacían. En lugar de eso, la protegían con mentiras ante el mundo para que lograse la felicidad que no había conseguido entre la nobleza.
Hacia la noche se despidieron de ella antes de desembarcar en Rísoen y dejarla en su hogar, en Pegaso.
-Visítanos más a menudo, ¿vale, pequeña?-le dijo su padre dándole un abrazo-. Estamos algo solos.
-Te lo prometo-le dijo Perséfone y señalando la barriga de su madre, añadió:- Aunque pronto no lo estaréis tanto. Estoy deseando conocer a mi hermanito o hermanita.
-Yo también-coincidió su madre acariciándose el vientre, y luego le recordó a Perséfone:- Te he traído vestimentas nuevas. Vestidos, faldas que puedas ponerte con camisas… Ah, y por supuesto traje tu medallón favorito, ese con forma de cofrecito.
-Muchas gracias, mamá. Lo puse todo en el camarote-le agradeció Perséfone sonriendo-Es una pena que Belinda no haya podido venir…
-Sí, pero no podía hacerlo sin delatar a su prometido que su mejor amiga se casaba con un pirata-comentó su madre arqueando la ceja.
-Y ya te dijimos que es uno de los altos cargos de Rísoen-intervino el padre.
-Bueno, nosotros tenemos que irnos. Te queremos, cariño-le dijo su madre abrazándola.
-Yo también os quiero, no me alejaré mucho de vosotros-le prometió Perséfone, inundándose de su perfume.
Sus padres regresaron al puerto con ayuda de Cortés y Amarillo, quienes se ofrecieron a llevarles en un bote. Después, continuó la fiesta hasta la madrugada, surcando con Pegaso el Atlántico…
Alejandro y Perséfone seguían en la orilla, besándose. Perséfone había hecho uso de la ropa de su madre y por fin se había deshecho del vestido azul marino para cambiarlo por una bonita falda larga del mismo color y una camisa blanca que, en lugar de abotonarla, ataba por ambos extremos encima de su barriga. Seguía llevando su largo cabello suelto, pocas veces se lo recogía. Con este aspecto se sentía más pirata que nunca.
Alejandro, no había cambiado mucho, seguía llevando un chaleco y unos pantalones cortos hasta las rodillas, aunque ambas prendas eran recién fabricadas, ya no tenía por qué sujetarse los pantalones con una cuerda.
-¿Y si deciden bajar a la playa?-dijo Perséfone sonriendo con timidez, dejando de besar a Alejandro por un momento.
-No creo que puedan. Se han atiborrado de ron y comida-le dijo Alejandro y buscó sus labios otra vez, pero se detuvo para añadir:- Debería decirles que nos tenemos que contralar, ya vamos por la tercera tanda de oro del tesoro de Dybá.
-No te preocupes, aún hay de sobra en esta tanda. Tanto que hemos usado y no se ha gastado ni la mitad.
-Tienes razón. Pero de todas formas hay que moderarnos, ese oro no es infinito-concretó Alejandro. Después le dedicó una sonrisa pícara a Perséfone y se volvieron a besar.
Aún, después de tanto tiempo, seguían volviendo al escondite donde Dybá había guardado sus preciados tesoros. Sólo llenaban un par de sacos y volvían a surcar los mares. No querían llevárselo todo pues pensaban que allí estaba más seguro. Encontrar el tesoro había mejorado mucho sus vidas, sobre todo en relación con la comida. Antes se tenían que conformar con lo que pescaban o robaban, ahora además con todos los manjares y delicias que se podían permitir comprar. Además, adquirieron algunos caprichitos como nuevas espadas, mapas, brújulas, catalejos, ropas para después rasgarlas y, por supuesto, ron.
Alejandro y Perséfone terminaron tumbados en la arena bajo el millar de estrellas, entre risas, besos y caricias.
-No cambiaría este momento por nada del mundo-le confesó Alejandro mirándola feliz, acariciándole la mejilla-, ni por otro tesoro de Dybá.

-Yo tampoco. Me quedaría contigo para siempre en esta islita-le contestó Perséfone sonriendo y, rodeándole el cuello con los brazos, añadió:- Te quiero.

jueves, 18 de junio de 2015

PEGASO 2

¡Hola!
Pegaso es importante para mí y vive gracias a las quienes lo leéis. Por esa magia que creáis queridos lectores, quería regalaros un avance de "Pegaso 2 y la leyenda de las aguasmarinas". Será el prólogo y algunos capítulos que iré subiendo, espero que os guste. Y por favor, no tengáis reparo en comentar.

PRÓLOGO
“Las frondosas y altas hierbas se abrían a su paso rápidamente con un golpe, aunque algunas llegaban a arañarle la cara. El viento le agitaba el pelo, sus pies no permanecían en el suelo por más de un segundo y no volvía la vista atrás. Ángel corría como no lo había hecho en toda su vida, en una mano llevaba las dos piedras; en la otra, cogido por la cintura y colgado bocabajo, a su pequeño hijo de ocho años.
-Papá, yo creo que ya llevamos una gran ventaja, no hace falta correr tanto-le decía su hijo con voz temblorosa por los traspiés de su padre, a la vez que intentaba protegerse de los golpes de las lianas y las altas hierbas con sus pequeños brazos.
-Sí que hace falta. Uno no debe rendirse hasta que no haya conseguido lo que quiere de verdad, por muy cansado que se encuentre y duro que sea el camino-repuso su padre sin parar de correr, apartando con la otra mano que mantenía cerrada, los obstáculos herbáceos-. Ya estamos a punto de llegar, hijo.
Pronto, una playa se abrió ante ellos. Allí les esperaba un barco de madera oscurecida y velas amarillas. Éste estaba amarrado en perpendicular a la orilla, con la proa mirando a mar abierto.
-¡Echad la escala!-gritó Ángel al barco.
De inmediato, una escala bajó desde la toldilla, Ángel hizo subir rápidamente a su hijo por ella y después lo siguió. Una vez a bordo, Ángel volvió a hablar.
-Rápido, zarpemos ya-ordenó a los hombres que se hallaban en cubierta mientras su hijo corría hacia ellos.
-¿Qué ha pasado con el rosetón?-le preguntó el joven alto y con una amplia barriga que estaba al timón.
-Un simple cuento-respondió Ángel con rapidez, apartando el cabello negro que caía sobre su cara-. Nosotros nos desentendemos y nuestro amigo también.
-¿Y las piedras?
-Nos las repartimos. Creo que me quedé con la mejor parte-contestó Ángel con una sonrisa en los labios y mostrándole el par de hermosas piedras de un verde o azul indefinido que llevaba en su mano.”


Proximamente, el primer capítulo.
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.

viernes, 22 de mayo de 2015

RECORDANDO A ARTHUR CONAN DOYLE


¡Hola!

Quería escribir esta entrada hoy porque es el 156 aniversario del escritor que dio vida a uno de los personajes literarios que más admiro. Arthur Conan Doyle, gracias por crear al mejor e inmortal detective Sherlock Holmes.
Gracias a ti miles de lectores se iniciaron en las aventuras de misterios, de la deducción y la lógica. 
Creaste un personaje tan grande que incluso llego hacerte sombra, olvidando algunos que tú y tu lápiz estabais detrás de su nacimiento.
Has inspirado a muchos otros a crear historias de misterio y detectives, ninguno a llegado a alcanzar la calidad del tuyo, pero también han sido grandes y admirados.
Siempre serás el padre del mundo de los detectives.
Gracias por dar vida a Sherlock Holmes.

"Cuando eliminas lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, es la verdad"
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martes, 5 de mayo de 2015

COMO SI FUERA UN SUEÑO


¡Hola!

Hoy por fin salió la Antologia de Relatos Cortos de Serial Ediciones. ¿Recordáis que os escribí sobre ello? ¿No? Refresco memoria.

Hace ya un mes participé en un concurso de relatos cortos que organizaba GrupMTM.  El relato, titulado "Como si fuera un sueño", fue escogido para formar parte de la antología de relatos que se publicaría con Serial Ediciones.


Pues bien. Ya ha salido la antología. Se ve muy entretenida porque tiene relatos de todos los géneros: ficción, miedo, erótico, fantasía...  Entre estos relatos está el mío, "Como si fuera un sueño". No perdáis la oportunidad de disfrutar de esta y otras historias.
En el siguiente enlace encontraréis más información
Relatos Cortos. GrupMTM

Mientras tanto, embarcaros en la aventura de Pegaso si aún no lo habéis hecho.
Os iré contando más detalles interesantes sobre literatura que vayan surgiendo en las próximas entradas.
Suerte, luz, fuerza y feliz semana a todos
:)

lunes, 4 de mayo de 2015

CAPÍTULO 20


¡Hola!
Aquí os traigo el final de la aventura. Espero que hayáis disfrutado de ella junto a estos locos piratas y Perséfone. Aquí se responde a una última pregunta ¿Volverá Perséfone a ver a Alejandro?



20

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Perséfone contaba su historia una y otra vez. Bueno, la historia que se había inventado. Había escapado de los piratas mientras estos dormían, después corrió hacia la aldea más cercana de Andalucía, los piratas habían parado allí, y consiguió que unos amables ancianos la llevaran hasta Portugal. Aclaró que el pirata descrito por el guarda como su captor, era sólo un muchacho con el que se cruzó. El verdadero pirata era grande, con un parche en el ojo y un loro en el hombro.
-Tú historia se parece un poco a la que contó el gobernador David cuando escapó de los piratas cuando era joven- observó su tío Sebastián.
-No, a él lo recogieron unos pescadores-señaló Perséfone-, no unos abuelos en una carreta.
Había decidido no contarles la verdad porque nunca creerían que había dado con unos piratas muy buenos, y he de reconocer que se había basado en la historia del antiguo gobernador David.
Esa noche, las fiestas de San Juan se celebraban en la plaza del pueblo que se encontraba en el final de la calle principal. Leonardo, hijo del antiguo gobernador David, abrió el baile con un bonito discurso en el que hablaba sobre sus proyectos como gobernador y también expresaba su felicidad por tener de vuelta a Perséfone. Después del discurso, todos se pusieron a comer, beber y bailar. Las mesas de la comida limitaban la pista de baile junto con los músicos. Numerosas velas iluminaban el lugar y la música hacía agradable y animado el ambiente.
Perséfone, a pesar de su popularidad por haber escapado de unos piratas, se encontraba sentada en una de las sillas frente a la pistas de baile. Seguían sin gustarles las fiestas, aunque ahora las veía de una manera más animada, continuaba sin querer bailar con nadie; ninguno le parecía lo suficientemente bueno. Belinda se sentaba con ella de vez en cuando para charlar, pero después volvía a la pista de baile.
Perséfone, aburrida y alicaída, decidió mirar las estrellas. No se veían tan bien como en el mar y le recordaban a Alejandro, así que miró hacia sus zapatos. Llevaba un rato jugueteando con las manos, cuando una voz hizo que parase.
-Alguien como tú no debería quedarse sentada en un baile.
Perséfone levantó la cabeza rápidamente. Alejandro estaba de pie frente a ella.
-¿Qué haces tú aquí?-le preguntó Perséfone alegremente sorprendida.
-Yo quería pedirte…
Entonces, empezó a sonar una bonita y mágica melodía. Alejandro miró a los músicos y después a Perséfone. Ella le sonrió y él le tendió mano. Perséfone la aceptó y salieron juntos hacia la pista para bailar.  
No les importaba nada ni nadie, sólo estaban ellos dos. Se miraban el uno al otro como si intentasen memorizarse y recordar ese momento toda su vida. Bailaban como lo habían hecho esa noche en el barco, la noche en la que se besaron por primera vez. Bailaban cogidos de la mano, dando vueltas cambiando de vez en cuando la dirección. Bailaban muy cerca el uno del otro, para no perderse ni un segundo. Bailaban sin prestar atención a los pasos, uno frente al otro y sin dejar de sonreírse. Era un momento mágico, especial, un momento que parecía hecho sólo para ellos dos.
Lentamente, la música llegaba a su fin. Alejandro dándose cuenta de ello, se acercó a Perséfone dándole la mano, la besó en la frente a la vez que cerraba los ojos y dijo:
-Te quiero.
Alejandro se apartó de ella aún con su mano cogida. Perséfone le sonrió tristemente y viendo como una lágrima caía en el rostro de él. Éste agachó la cabeza, se dio la vuelta y se fue de la plaza.
Perséfone se quedó mirando el sitio por donde había desaparecido Alejandro. La tristeza volvió a envolverla de golpe. Después, bajó la vista y vio que en su mano había dejado un colgante. Era el trébol de cuatro hojas que había estado observando en el escondite del tesoro. Alejandro, en lugar de mirar el tesoro, la había estado mirando a ella. ¡Cuánto le gustaría marcharse con él…! Pero ella ahora estaba en el lugar correcto, donde le correspondía estar. Y si era el lugar correcto, ¿por qué no era feliz? El único momento en el que lo había sido fue cuando bailaba con Alejandro. Pero, había hecho lo que debía, ¿no? Había vuelto con sus padres para que supieran que estaba bien, había hecho las paces con Belinda, había limpiado el nombre de Alejandro… Ya todos estaban bien. Ahora debía ser feliz, ¿no? Pero su felicidad no estaba ahí, estaba junto a Alejandro, en el mar y con los otros piratas. Entonces, ¿qué hacía ahí?
-¿Quién era ese muchacho?-le preguntó Belinda llena de curiosidad, sacándola de sus pensamientos.
Perséfone la miró unos momentos y después sonrió.
-Me voy Belinda
-¿Cómo que te vas? ¿A dónde?
-Con Alejandro, él era Alejandro. Le quiero-le dijo Perséfone. Después se dio cuenta de lo que había dicho y lo volvió a repetir:- Le quiero. Y me voy con él.
Perséfone se dirigió hacia donde estaban sus padres, les abrazó y les besó.
-Mamá, papá, me voy. Volveré en unos meses, os lo prometo. Estaré bien-les dijo Perséfone rápidamente-. Os quiero mucho.
-¿A dónde vas?-preguntó su padre extrañado.
-Os lo explicará Belinda. Por favor, no me busquéis. Estaré bien, confiad en mí, vendré a veros a menudo. Hasta pronto.
Perséfone se fue de su lado deprisa y al pasar por al lado de Belinda, le lanzó el collar y dijo:
-Te echaré de menos. Y cuéntales a mis padres lo que te dije sobre Alejandro y los piratas.
Después se agarró las faldas del vestido y salió a correr hacia el puerto. Corrió como no lo había hecho nunca, rezando porque Pegaso no hubiera zarpado. Al llegar al puerto, no lo vio y pensó que había llegado tarde, pero recordó donde lo había encontrado la primera vez, muy apartado del resto de los barcos, hacia el final del puerto. Corrió hacia allí con todas sus fuerzas. Se detuvo antes de caer al agua. Pegaso había zarpado ya, aunque aún estaba a poca distancia del puerto.
-¡Alejandro!-lo llamó Perséfone, gritando-. ¡Alejandro!
Pero no la escuchaba, parecía que no estaba en la toldilla. Tuvo una idea.
-¡Profundo! ¡Profundo!
Profundo sí la escuchó.
-¿¡Per!? ¡Capitán! ¡Per está en el puerto!
Perséfone vio como Alejandro se asomaba por la toldilla.
-¡Per!-gritó Alejandro sorprendido-. ¿Qué haces ahí?
-¡Ya te dije una vez que no puedo estar tranquila si pienso en algo determinado durante mucho tiempo!-le gritó Perséfone-. ¡Y tú no dejas de estar en mi cabeza!
-¡Genial!-dijo feliz Alejandro.
-¡Además, qué hago aquí si ya he cumplido mi misión!
-¿Eso qué significa?-preguntó Alejandro ilusionado-.Significa que…
-¡Significa que no voy a esperar una segunda oportunidad para poder estar contigo!-le gritó Perséfone.
-¿Te quedas conmigo?
-¡Sí!
Perséfone escuchó jaleo a lo lejos, tras ella. Puede que fuesen sus padres, Belinda ya les habría explicado donde iba y con quien. Sin pensarlo ni un segundo, saltó al agua. Nadó hasta Pegaso lo más rápido que pudo. Alejandro echó la escala para que pudiese subir. Perséfone trepó por ella toda mojada y cuando estuvo en lo alto, Alejandro la ayudó a pasar a la toldilla dándole la mano.
-Y también decirte, que yo también te quiero-le dijo Perséfone con una sonrisa cuando estuvo frente a él.
Alejandro también sonrió. Perséfone le rodeó el cuello con los brazos y le besó. Toda la tripulación aplaudió entusiasmada.
-¡Yuhuu! –gritó Cortés de alegría.
-Yo sabía que volverías-dijo Sacul sonriendo de oreja a oreja.
-Yo también me alegró de veros- les dijo Perséfone mirándoles desde la toldilla.
-¡Perséfone! ¿Qué haces?
Perséfone se separó instintivamente de Alejandro ante aquella voz y miró hacia el puerto sorprendida. Allí estaba su madre, su padre y Belinda.
-¡Papá!
-¿Es tu padre?-preguntó Alejandro extrañado.
-Sí, y mi madre y esa es Belinda-contestó Perséfone, casi con vergüenza, a Alejandro.
-Oh…Belinda-dijo Alejandro comprendiendo que era la amiga de quien le había hablado.
-¡Perséfone! ¡Baja de ahí!-vociferó el padre de Perséfone .
-No te preocupes, papá. Estaré bien. Vendré a veros de vez en cuando-le gritó Perséfone.
-Pero…
-Te lo prometo-le dijo Perséfone-. Confiad en mí.
Sus padres se miraron entre ellos y después su madre preguntó:
-Pero… ¿seguro que estarás bien ahí?
-Sí, mamá. Aquí estoy perfectamente.
-Prométeme que volverás sana y salva.
-Se lo prometo, señora-contestó Alejandro todo lo educadamente gritando en lugar de Perséfone, la cual rió.
-¡Hasta pronto!-se despidió Perséfone viendo que cada vez estaban más lejos.
La madre de Perséfone se quedó algo nerviosa y dudaba entre quedarse donde estaba o correr a sacar a su hija de ese barco. Pero finalmente gritó:
-¡¡Te queremos!!
-¡¡Y yo!!-le respondió Perséfone.
Perséfone le dijo adiós con la mano muy entusiasmada. Poco a poco, sus padres empequeñecieron por la distancia y dejó de decirles adiós.
Después se volvió a Alejandro. De fondo se escuchaban ya la canción del pirata y las risas de la tripulación.
-No puedo creer que estés aquí-le dijo Alejandro mirándola maravillado.
-Pues créelo. Yo quiero estar contigo hoy, mañana y todos los días de mi vida-le dijo Perséfone también mirándole feliz. Después, le cogió de las manos y añadió bromeando:-¿Y bien? ¿Preparado para ver otro amanecer?
-Si es contigo, sí-respondió Alejandro sonriéndole.
Y se volvieron a besar bajo las estrellas, disfrutando del momento, de su amor y de la libertad que les otorgaba Pegaso.                                                           

                     



Esto no termina aquí. La historia continua, en otra aventura, en otro libro...
Espero poder mostrárosla pronto. 

Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.              

jueves, 23 de abril de 2015

RECOMIENDO LIBRO


¡Hola!

Hace poco, con motivo del día del libro y que, debido a esto, hay lugares donde ahora se realizan ferias del libro, en el Twitter se creó un hastag que decía #RecomiendoLibro. Empezó gracias al escritor Francisco de Paula, más conocido por Blue Jeans, famoso por sus obras "¡Buenos días, princesa" "Canciones para Paula"...entre otras. Ese hastag (no tengo ni idea de si escribo bien esa palabra) fue TT en Twitter.
Yo participé, como es natural, y al hacerlo se me ocurrió una manera diferente (ya sabéis cuanto me gusta esta palabra) para recomendar libros. Quizá ya lo hayan hecho alguna vez. Aún así, yo lo haré aquí. Recomiendo libros...con sus tentadoras frases.

Saga Harry Potter - J.K.Rowling
"-¡Esa gente jamás comprenderá a Harry!¡Será famoso...una leyenda...no me sorprendería que el día de hoy fuera conocido en el futuro como el Día de Harry Potter. Escribirán libros sobre Harry... todos los niños conocerán su nombre."

Sherlock Holmes - Arthur Conan Doyle
"Todas las emociones, y en especial esa, eran abominables para su inteligencia fría y precisa pero admirablemente equilibrada"

El cuento número trece - Diane Setterfield
"Cuando el miedo y el frío hacen de ti una estatua en tu propia cama, no ansías que la Verdad pura y dura acuda en tu auxilio. Lo que necesitas es el mullido consuelo de un relato. La protección balsámica, adormecedora de una mentira"

Orgullo y Prejuicio - Jane Austen
" He estado meditando el gran placer que pueden proporcionar unos ojos hermosos en el rostro de una mujer hermosa"

Maldito Karma - David Safier
"Echando pestes, corrí hacia Nina y le pegué un mordisco en el dedo meñique del pie, que olía a mi gel de ducha de albaricoque. ¡La mordí tan fuerte como pude! ¡Tiré y desgarré brutalmente con mis mandíbulas! Y grité: ¡yijaaa, yijaaa!.  Fue todo una carnicería.
Y, evidentemente, no surgió efecto, Ni se dio cuenta. Yo era demasiado pequeña..."

Déjame que te cuente - Jorge Bucay
"Si hay un problema con la mentira, la tiene el mentiroso"

Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven - Albert Espinosa
"-¿Qué es parar el mundo?
  -Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor. [...] El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y esos son los que lo paran. ¿Tú quieres mover el mundo o que te muevan?"

El Ocho - Katherine Neville
"En el juego de la vida, los peones son el alma del ajedrez. Hasta un humilde peón puede mudar su vestimenta"

Me casaré contigo - Corín Tellado
"Y no te quiero, ¿sabes? Yo no sé querer a una muchacha. Pero como soy sincero he de confesarte que a tu lado siento una dulzura que nunca imaginé siquiera. Siento algo grande, inmenso, como si tú fueras algo mío y yo te adorara; y sin embargo, no es cierto, ¿comprendes? No, no me comprendes."

El nombre del viento - Patrick Rothfuss
"Puedo resumirlo todo en una frase: Viajé, amé, confié, perdí y me traicionaron. Escríbelo y haz con ello lo que quieras."

Hush, hush - Becca Fitzpatrick
"-Eres un ángel caído, un chico malo
Eso le arrancó una sonrisa.
 -¿Crees que soy un chico malo?
 -Te apoderas de los cuerpos de otra gente
Asintió.
 -¿Y también quieres apoderarte del mío?
 -Quiero hacer todo con tu cuerpo, menos eso.

El canto del cuco -Robert Galbraith
"-Siento haber estado llamándote Sandra. Era el nombre de la última chica. ¿Cuál es tu verdadero nombre?
-Robin
-Robin-repitió él-. Será fácil recordarlo.
Se le ocurrió la idea de hacer una divertida alusión a Batman y a su formal compinche, pero aquel chiste malo murió en sus labios cuando el rostro de ella se volvió de un rosa brillante".

La mecánica del corazón - Mathias Malzieu
"Esta noche, me encaramaré a la luna, me instalaré en su cruasán como si estuviera en una hamaca y no tendré ninguna necesidad de dormir para soñar"

Donde termina el arco iris - Cecelia Ahern
"Nos reíamos mucho. Luego la risa cesó y se hizo el silencio. Ese silencio extraño y cómodo a al vez. ¿Qué fue eso?"

Sé lo que estás pensado - John Verdon
"Si alguien te pidiera que pensaras en un número, yo sé en que número pensarías. ¿No me crees? [...] Ahora verás lo bien que conozco tus secretos."


¿Se os ocurre algún libro más con su especial frase? He leído tantos que ya no sé cual poner. Ahora mismo en mi cabeza están todos entre mezclados. Y vosotros, ¿cuál recomendáis?

Suerte, luz, fuerza y feliz día del libro a todos

martes, 21 de abril de 2015

ODA A LOS LIBROS

¡Hola!
Con motivo de la feria del libro y del día del libro, día tan importante para mí como mi cumpleaños o más, he escrito un pequeño halago hacia los libros. No es gran cosa pero sale del alma. Espero que os guste, tal vez os sintáis identificados.

Oda a los libros
Libro. Palabra mágica para mí y otros muchos. Palabra que significa aventura, fantasía, amor, emoción, intriga... pero también refugio, protección, huida y viaje.
Para un amante de la lectura, un libro es más que un montón de páginas llenas de letras, es más que gramática y ortografía.
Cuando uno abre un libro, siente cierta emoción y un hormigueo en el estómago. Es casi como empezar un coqueteo. Poco después, lees la primera frase y, sin darte cuenta, estás atrapado en él. Comienza el maravilloso don de la imaginación. Cuando digo que quedas atrapada o atrapado, no me refiero entre sus páginas, sino en su mundo. Y es que se crea todo un mundo con simples frases que construyen historias y alguien dispuesto a leerlas.
Leer. Otra maravillosa palabra. Una maravillosa acción. Sin duda, lo mejor que he aprendido a hacer en mi vida. Cuando lees un libro, te cautiva su mundo y te enamoran sus personajes, hasta tal punto que ríes, lloras y te arriesgas con ellos, además de conocer cada rincón que pisan en ese mundo suyo.
Puedes asustarte del pirata de una sola pierna que busca  "La isla del tesoro"…
Sonreír ilusionado al ver con tus propios ojos el colegio de magia en el que un tal Harry Potter va a ingresar…
Enamorarte como una tonta junto a Elizabeth Bennet de un tal señor Darcy…
Emocionarte al escuchar a Romeo hablar a su Julieta o a Mariana Pineda en palabras de un gran Lorca…
Elevar tu autoestima con los cuentos de un  "gordo" psicólogo que te presenta el señor Jorge Bucay…
Desear encontrar tu tesoro sabiendo que el universo te ayudara en su busca como a un alquimista…
Sentir tu mente trabajar en pos del razonamiento para resolver un caso junto a un gran detective consultor…
Reír a carcajadas con las consecuencias de acumular mal karma…
Viajar en el tiempo y conocer el futuro o el pasado…
Entrar por un armario para encontrarte en un reino encantado…
Tener miedo de lo que conllevaría no destruir un simple anillo…
Hablar idiomas que no figuran en el mundo  del que vienes…
Querer saber el nombre del viento…
Llorar sin reparo ante la muerte de uno de los héroes...
Todo eso y más sientes con un libro, y lo agradeces. Es un escape, un respiro de tu propio mundo. Por eso lees. Por eso celebras un buen libro. Por eso amas la literatura. Por eso adoras a escritores como Shakespeare, Rowling, Sierra, Lorca, Rothfuss, Tellado, Austen...
Cuando estás dentro de él, no puedes y no quieres parar de leer. Horas que para ti pasan volando en los días del libro del que estás felizmente prendida. Lo llevas a cualquier parte, aprovechas cada momento y lugar para volver a sumergirte en él. Incluso eres capaz de no dormir o arriesgarte a perder el autobús por no alzar la vista (te ha pasado más de una vez).
Pero es que los demás no entienden que tu corazón está atrapado por la aventura. Estás perdido en un bosque, estás huyendo del enemigo, quieres salvar del peligro al héroe junto a quien llevas batallando días, estás a punto de encontrar el tesoro o de presenciar ese ansiado beso de amor.
No puedes interrumpir tu lectura en un momento así. Para quien no ame leer, ser interrumpido en medio de algo así es como ser despertado de golpe de un buen sueño o que te hablen en mitad de una película o mientras estás buceando que alguien saque tu cabeza a la superficie. No gusta demasiado e incluso te enfada un poco.
Y ocurre que lo terminas. Cierras la solapa con una media sonrisa, una sonrisa con un toque de tristeza. Sí, tristeza. Tanto que lees para acabarlo y luego te afliges por terminarlo. Sientes que dices adiós a un buen amigo. A un amigo que te ha hecho vivir y sentir tanto. Dices adiós a los personajes, a ese mundo, a la aventura... Incluso llegas a soltarlo con una suave caricia en su lomo.
Pero esto es un ciclo. Ningún amante de los libros se queda con uno el resto de su vida.
Y es que, como decía un gran escritor "Un lector vive mil vidas antes de morir..." Sabes que tarde o temprano tendrás otro entre tus manos. Volverás a sumergirte en aquel objeto mágico al que todos llaman LIBRO.



Más en la próxima entrada. Y el final de Pegaso, no lo he olvidado :)
Y por favor, no tengáis reparo en comentad sobre ellos o sobre esta misma entrada.
Hasta la próxima.

viernes, 27 de marzo de 2015

ANTOLOGÍA DE RELATOS


¡Hola!
Quería anunciaros que hace poco envíe un relato corto a un concurso del GrupoMTM que quería hacer una antología con varios relatos. Pues bien, el mío ha sido uno de los seleccionados para ser publicado :)))
Me ha gustado mucho poder participar en ello y me ha hecho mucha ilusión saber que ese pequeño relato va a ser publicado.
Si queréis disfrutar de él, junto a otros tantos de otros autores, podéis leerlo en la "1ª Antología de relato corto" de Serial Ediciones. Creo que se publicará para finales de Abril. Aquí tenéis la portada.


Mi relato se titula "Como si fuera un sueño" y además tiene mi nombre así que no tendréis problemas en encontrarlo. Y seguro que el resto de los relatos son igualmente perfectos e interesantes. Según creo hay mucha variedad, así no os aburriréis.
En fin, eso era todo. Si tengo más información de interés, os lo comunicaré. De momento trabajo duro para sacar historias más extensas e interesantes a la luz. Ya os contaré...

Hasta la próxima entrada
;)

viernes, 13 de marzo de 2015

CAPÍTULO 19


¡Hola!
Casi estamos en el final, pero queda un último paso. ¿Qué pasará ahora con Perséfone? ¿Y con el capitán de Pegaso?



19

DE VUELTA A CASA


En los días que siguieron, Perséfone y Alejandro no se dirigieron la palabra. Alejandro salió por fin de las bodegas al segundo día, pero Perséfone se los pasó encerrada en el camarote del que sólo salía para comer.
Una noche, llegaron a un puerto portugués cercano a Galicia y Perséfone decidió bajar ahí. Los piratas la miraban con tristeza, se encontraban todos en la toldilla. Alejandro había entrado en el camarote tras parar el barco y no daba muestras de querer salir a despedirse de Perséfone.
-Quiero que sepáis que me lo he pasado muy bien con vosotros. Para mí sois unos grandísimos piratas y… no os olvidaré nunca-les dijo Perséfone con ojos llorosos.
-Nosotros nunca te olvidaremos, Per-prometió Barriga de Oso guiñándole un ojo.
-Siempre recordaremos como venciste a Oruç-le dijo Cortés.
-Sin cañón alguno-señaló Dragón.
-El que nos ayudaras a resolver los enigmas-dijo Profundo.
-O nuestra aventura en Granada y en Grecia-le dijo Cacín.
-No volveré a matar a ningún pájaro para conseguir sus plumas-le aseguró El Plumas-. Siempre usaremos el método de la comida, ¿verdad, Pies?
-Sí, de verdad-asintió Pies Largos.
-No olvides nuestras fiestas y la canción del pirata-le pidió Ocho-. De esta manera siempre estarás un poco más cerca de nosotros.
-Ni tu esgrima-le dijo Amarillo-. Nunca se sabe cuándo puede ser útil.
-Claro-rió ella.
-Tú…tú siempre serás mi chica preferida, Per-le dijo Sacul, y se acercó para abrazarla. Después, se separó pasándose los dedos por los ojos:- Vaya, parece que me ha entrado sal en los ojos.
-A mi también-dijo Pies Largos enjugándose la cara.
-Bueno…hasta otra-se despidió Perséfone. Suspiró, los observó una vez más y, antes de bajar por la escala, dijo:- Decidle a Alejandro que…tampoco lo olvidaré a él.

Una vez en el puerto, después de mirar como Pegaso se alejaba, Perséfone buscó al oficial, quien resultó ser un hombre bonachón y amable. En seguida supo quien era ella y se encargó de avisar al puerto de Rísoen de que por fin había aparecido.
Fue muy emocionante reencontrarse con sus padres. No dejaron de abrazarla y besarla durante mucho tiempo, no podían creer que la hubiesen encontrado sana y salva. Agradecieron al oficial el que la hubiese ayudado y dieron su recompensa a él. Más tarde, con el barco de sus padres, regresó a casa.
-Hija mía, cuanto me alegro de volver a verte en casa-le decía su madre ya en la habitación de Perséfone, después de que ésta se aseara y se pusiera el camisón-. Creí que no volvería a tenerte conmigo.
-Yo también estoy muy feliz de estar contigo. Pero no estés triste-le dijo Perséfone al verla llorar.
-Es de felicidad, hija-le dijo su madre, que volvió a abrazarla-. Ahora a olvidar todo lo malo. Mañana será un día muchísimo mejor que los anteriores.
-Sí-aún no había contado nada a sus padres sobre los piratas, esperaría a mañana.
Su madre la besó en la mejilla, le acarició el pelo y se fue de su habitación. Perséfone se tumbó en la cama. Por fin estaba en casa y se alegraba muchísimo de estar con sus padres, verles felices otra vez. Pero, aún así, esa felicidad no lograba llenar el hueco que sentía en su pecho.

A la mañana siguiente, la luz del sol la despertó. Al principio tuvo la fugaz creencia de encontrarse en el camarote de Pegaso, incluso le pareció notar el mecer de las olas. Por un segundo, le sorprendió encontrarse en su habitación. Perséfone se incorporó y miró su habitación sin verla verdaderamente. Todo parecía haber sido un sueño. ¿De verdad había pasado las últimas semanas en un barco pirata? ¿De verdad había tenido amigos piratas? ¿De verdad había ido tras las pistas de un tesoro? ¿De verdad había visitado tantos lugares y vivido tantas aventuras? ¿De verdad… de verdad había conocido a Alejandro?  Perséfone hundió la cara entre las sábanas de su cama y lloró en silencio. De repente, alguien irrumpió en su habitación. Levantó la cara y vio a Belinda.
-¿Estás…bien?-le preguntó Belinda al ver su cara llena de lágrimas
Perséfone la miró unos segundos y después negó con la cabeza. Belinda se sentó en la cama junto a ella y la abrazó. Perséfone agradeció ese caluroso gesto, lo necesitaba.
-No te preocupes, Perséfone. Ya pasó todo el peligro-la consoló Belinda mientras le acariciaba la espalda.
-No fue un peligro-le dijo Perséfone, apartándose de ella con delicadeza.
Belinda creía que había estado con unos horrendos piratas y había vivido cosas terribles al igual que sus padres y, pensándolo bien, lo que todos creerían.
-¿Cómo que no fue un peligro?-preguntó Belinda.
Entonces, Perséfone suspiró y decidió contárselo todo. Le explicó cómo eran los piratas con los que había estado, le habló sobre el tesoro pero no sobre Dybá, es mejor que siguiera creyendo que el gobernador David fue un hombre honrado. También le habló de Alejandro, de lo bueno que había sido con ella, de todo lo que había vivido con él, de lo que había sentido estando a su lado y cómo se había alejado de él, de lo triste que estaba por ello.
-Todo esto que me cuentas es increíble-reconoció Belinda mirándola sorprendida-. ¿Ese tipo de piratas existen de verdad? ¿En serio fuiste tras un tesoro?
-Sí, de verdad-le afirmó Perséfone con firmeza. Luego, suspiró alicaída.
-Oh, Perséfone, no estés triste. Al menos estás en casa con nosotros- la consoló Belinda, y después añadió con la voz temblorosa y ojos llorosos:- No sabes cuánto te echado de menos y lo preocupada que estaba por ti. Pensando que si te pasaba algo, nosotras…estábamos enfadadas y… Me sentía muy mal. Perdóname. Debí mencionarte ese baile de tus padres. Sé que no te gustan pero pensé que sería lo mejor para ti y…
-No pasa nada, Beli. Yo tampoco reaccioné muy bien. Estaba algo molesta ese día. Debí entender que tú sólo buscabas mi felicidad y lo mejor para mí-le dijo Perséfone-. Siento haberme portado mal contigo.
-Y yo también. ¿Amigas?-le preguntó Belinda sonriendo, tendiéndole una mano.
-Nunca hemos dejado de serlo- contestó Perséfone abrazándola, en lugar de darle la mano.
-Bien. Es hora de levantarse y salir de este cuarto-le casi ordenó Belinda separándose y poniéndose en pie-. Debes animarte. Hoy son las fiestas de San Juan.
-No sé si ir…
-Sé que detestas los bailes pero te divertirás. Además, el hijo del gobernador David, Leonardo, tiene algo preparado para ti-le contó Belinda-. Una especie de bienvenida en tu honor, esta noche. Así que muévete y ponte guapísima.
-No sé…
-Yo estaré contigo ¡Vamos! Nos divertiremos juntas, como antes-insistió Belinda.
-Bueno, está bien. Además, no quiero ser grosera con Leonardo.



***
Mientras tanto, en Pegaso  todo seguía más o menos igual, excepto que los piratas aún estaban algo tristes por la partida de Perséfone. Alejandro volvió salir a mediodía del camarote y, sin mirar a su tripulación, se dirigió al timón. Barriga de Oso lo siguió.
-Eso que has hecho ha estado muy mal-le recriminó Barriga de Oso.
-¿El qué?
-No salir a despedirte.
-No tenía ganas. Y tampoco tengo de hablar ahora, estoy con el timón-dijo Alejandro taciturno.
-Vamos, te conozco y sé que a veces finges navegar.
-No es verdad…
-¿Tan poco significó para ti que ni siquiera te despides?-le preguntó Barriga de Oso con el ceño fruncido.
-Claro que significó para mí. El problema es que yo no fui lo mismo para ella porque no le importó irse-repuso Alejandro enfadado.
-Sabes que no es cierto lo que dices y sabes que tenía razón... Escucha, nosotros también la echaremos mucho de menos, pero no la vamos a odiar por eso-le explicó Barriga de Oso-. Respetamos su decisión. Y aunque no podamos hacer que se quede, al menos haremos que se lleve un buen recuerdo de nosotros.
Alejandro no contestó, se quedó pensando durante un momento, y después sonrió a medias.
-De todas formas, ya es tarde-dijo Alejandro desanimado.
-Nunca es demasiado tarde según tú, ¿no? Hay segundas oportunidades-le recordó Barriga de Oso-. Y ella nunca se olvidará de ti, según nos dijo antes de abandonar el barco.
Alejandro miró a Barriga de Oso y volvió a sonreír, esta vez, más feliz.



Más en la próxima entrada. El final del la primera aventura de Pegaso se avecina.
Espero que os esté gustando mi regalo. Queda poco para que lo descubráis por completo.
Gracias por estar ahí, leyendo ;)

Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.