¡Hola!
Os informo que me he hecho una página en Facebook. Mi blog se ha vuelto un poco loco y no sé arreglarlo.
Nos vemos por allí, prometo estar más activa, dar más consejos sobre libros y hablar de mis aventuras, tanto de Pegaso como de mis relatos en la revista Nuevas Opiniones y el nuevo libro Hugo Holmes.
Espero que os guste y comentemos más fácilmente por ahí.
Nos vemos en Facebook. Aquí dejo el enlace de mi página.
Rocío Selene web facebook
Nos vemos por allí.
;)
Blog de la autora del libro "PEGASO" Rocío Selene----- "Perséfone es una joven solitaria y pesimista, rodeada de un mundo de privilegios en el que no encaja y limitada por las normas sociales. Tiene un encuentro fortuito con Alejandro, un joven rebelde, extrovertido, optimista y jocoso que cambiará por completo todos los esquemas de su vida. Pegaso es una historia de aventuras, tesoros perdidos basados en antiguas leyendas, venganza, amistad y enemistad, piratas, amor y… de libertad."
martes, 29 de septiembre de 2015
lunes, 14 de septiembre de 2015
HUGO HOLMES
Hola!
Sé que mi blog se ha destartalado un poco (ni si quiera sé cómo) y que lo tengo muy abandonado pero...
¡¡Quiero anunciaros que tengo un nuevo libro en marcha!! Se llama Hugo Holmes y está en la campaña de la editorial Tandaia.
Necesita mucho apoyo para ser publicado. Cuantas más reservas se hagan en menos de un mes, más posibilidades habrá de que lo publiquen. Si llegan a la meta propuesta, me lo publicarán.
Sé que estamos en tiempo difíciles, pero si no podéis reservar, compartir con vuestros amigos para que ellos puedan valorar también y decidir si reservan.
Aquí os dejo el enlace
Sé que mi blog se ha destartalado un poco (ni si quiera sé cómo) y que lo tengo muy abandonado pero...
¡¡Quiero anunciaros que tengo un nuevo libro en marcha!! Se llama Hugo Holmes y está en la campaña de la editorial Tandaia.
Necesita mucho apoyo para ser publicado. Cuantas más reservas se hagan en menos de un mes, más posibilidades habrá de que lo publiquen. Si llegan a la meta propuesta, me lo publicarán.
Os explico
detalladamente como se reserva.
2. Una vez
dentro, pinchad en mi libro HUGO HOLMES.
3. Se os
muestra la página del libro, donde se explica de qué va y cómo podéis
colaborar.
4. En la
página del libro, elegid qué recompensa queréis para colaborar. Hay varias
opciones:
·
9€ (recibes el libro en pdf o ebook)
·
16€ (recibes el libro físico)
·
21€ (recibes el libro tanto físico
como en pdf o ebook)
·
27€ (todo lo anterior y además
saldrías en los agradecimientos del libro)
5. Tras
elegir la recompensa, sólo debéis seguir los pasos que se os indican para pagar
con tarjeta como cualquier compra por internet.
Si se llega a
la meta propuesta en la campaña, recibís la recompensa poco antes de que se
vaya a publicar el libro. Si no llega (espero que sí) se devuelve íntegro el
dinero.
Sé que estamos en tiempo difíciles, pero si no podéis reservar, compartir con vuestros amigos para que ellos puedan valorar también y decidir si reservan.
Aquí os dejo el enlace
Gracias por adelantado.
PD: No me olvido de Pegaso ;)
martes, 21 de julio de 2015
PRIMER CAPÍTULO DE PEGASO 2
¡Hola!
Aquí os traigo lo prometido, el primer capítulo de Pegaso 2 y la leyenda de las aguamarinas. Espero que os guste ;)
1
COMIENZA
UNA NUEVA AVENTURA
Habían pasado ya casi dos años desde su
aventura en busca del tesoro del pirata Dybá y se encontraban más felices que
nunca.
Alejandro y Perséfone habían aprovechado
que el resto de la tripulación dormía plácidamente en Pegaso para bajar hasta la playa de su recién descubierto islote.
Corrían entre risas por la arena mojada, haciendo sonar el agua bajo sus
pisadas y provocando que las olas se rompiesen antes de llegar a la orilla. Sus
huellas quedaban grabadas tras sus pasos pero pronto se borraban gracias al mar.
La luna llena les servía de guía y la brisa agitaba sus cabellos. Se detenían
para besarse entre abrazos juguetones y sus risas llenaban el aire del lugar.
-Me haces cosquillas-le decía Perséfone
a Alejandro entre risas.
-Es que me encanta cuando te echas esos
aceites aromáticos-contestó Alejandro mientras le olfateaba el cuello y, de vez
en cuando, lo besaba.
Hacía ya un año que se habían casado.
Perséfone aún no se lo creía, tanto tiempo odiando el matrimonio y no había
tardado ni un mes en casarse con Alejandro después de que éste se lo pidiera.
La boda fue más original y diferente que
las bodas ordinarias. Planearon casarse en Pegaso,
en mar abierto, frente a toda la tripulación.
Por supuesto, los padres de Perséfone
también fueron invitados, felices de que por fin su hija sentara la cabeza, aunque
no como les hubiera gustado. “No todo puede ser perfecto”, se dijeron. Habían
conocido a Alejandro oficialmente en una de las visitas de Perséfone a Rísoen,
las cuales eran cada un número indeterminado de meses. Sus padres los invitaron
una comida en la mansión, una comida tensa al principio pero relajada hacia el
final, cuando por fin empezaron a aceptar que el amor de su hija era aquel
pirata. Perséfone y Alejandro no se quedaron mucho tiempo por temor a que los
guardias del gobernador reconocieran a Pegaso
como un barco pirata. Los padres de Perséfone guardaban el secreto de la
identidad de Alejandro y el paradero de su hija frente a la sociedad con
mentiras tipo: su hija se había casado en el extranjero con un rico caballero inglés.
Mentira que en parte se haría realidad en un futuro cercano…
La boda debía ser oficiada por el
capitán, pero Alejandro no podía casarse a sí mismo, así que decidió delegar esa
tarea a su segundo de a bordo: Barriga de Oso.
-Aunque lo cierto es que me hubiera
gustado que fueses…mi padrino-le confesó Alejandro a Barriga de Oso en el
camarote, cuando le comunicó que quería que oficiase su boda-. Eres algo así como
un padre para mí.
-Y yo te quiero como a un hijo-le dijo
Barriga de Oso emocionado, dándole una palmada en la espalda con su enorme mano-.
Pero será mejor que delegues ese placer a otro si quieres casarte. Cualquiera
de la tripulación aceptará con gusto.
-Lo sé, me gusta que sea uno de
ellos-reconoció Alejandro riendo-. Me gustaría que fuesen todos pero eso no
puede ser.
Cuando Alejandro comunicó a su
tripulación que necesitaba un padrino todos se ofrecieron voluntarios, al menos
esa vez no se habían echado a reír como cuando les dijo que quería casarse. Tuvieron
que sortearlo. Tras varios minutos de angustia ante unos papelitos introducidos
en un sombrero, el ganador fue…
Profundo.
La boda se celebró una mañana soleada en
mar abierto, cerca de Galicia, sobre la cubierta de Pegaso. Perséfone llevaba el vestido de boda de su madre y
Alejandro un bonito traje que había comprado con el dinero del tesoro del
pirata Dybá. Barriga de Oso los casó improvisando algunas bonitas palabras.
-Muchachos, padres de Per, estamos aquí
para presenciar el matrimonio de nuestro querido capitán Alejandro y… Per, ¿de
qué te ríes?-preguntó Barriga de Oso pues las risitas de Perséfone no le
dejaban concentrarse en su discurso.
-Perdón, es de los nervios- se disculpó
Perséfone sonriendo, pero carraspeó al ver la mirada de su madre y dijo:-
Continúa, ya me tranquilizo.
-Le pasa desde pequeña-comentó su padre
a la tripulación apaciblemente con las manos unidas frente a su barriga.
-Bien, como iba diciendo estamos aquí
por el matrimonio de nuestro capitán, Alejandro, con nuestra gran amiga, Per.
El amor… ¿y ahora a ti qué te pasa?-se interrumpió Barriga de Oso mirando esta
vez a Alejandro, quien también se reía.
-Es que…yo… Es que Per me ha pegado su
risa- dijo Alejandro sonriendo. Pero al ver que Perséfone estaba a punto de
volver a reír, se tranquilizó, evitó su mirada y añadió:-Lo siento. Continúa,
Barriga de Oso.
-Vamos otra vez-dijo suspirando Barriga
de Oso-. El amor es un sentimiento que llena el corazón de las personas. Es
como un milagro que…
Pero Alejandro y Perséfone cometieron el
error de mirarse y las risas volvieron a interrumpir la ceremonia. Risitas que
intentaban ahogar con las manos o mirando hacia otro lado.
-Esto así es imposible- se quejó Barriga
de Oso por encima de la risa de los novios- ¿Vais a parar?
-Sí-contestaron a la vez, aunque sus
caras decían lo contrario a pesar de que intentaban estar serias.
-¿De verdad?
-Claro-respondieron al unísono.
Pero hasta la cuarta no fue la vencida. Barriga
de Oso pudo soltar por fin su discurso, Alejandro y Perséfone acabaron
casándose, y todos los demás aplaudieron con alegría. Después, la fiesta fue
toda diversión entre música, bailes y animadas charlas. Los padres de Perséfone
se sentían a gusto entre los piratas y Alejandro les parecía agradable, aunque
no fuera exactamente lo que buscaban para su hija ¿Quién querría que su hija
acabara casada con un pirata? Pero le hacía feliz, quizás no fuera lo
socialmente correcto y ellos debieran intervenir…sin embargo, no lo hacían. En
lugar de eso, la protegían con mentiras ante el mundo para que lograse la
felicidad que no había conseguido entre la nobleza.
Hacia la noche se despidieron de ella antes
de desembarcar en Rísoen y dejarla en su hogar, en Pegaso.
-Visítanos más a menudo, ¿vale,
pequeña?-le dijo su padre dándole un abrazo-. Estamos algo solos.
-Te lo prometo-le dijo Perséfone y
señalando la barriga de su madre, añadió:- Aunque pronto no lo estaréis tanto.
Estoy deseando conocer a mi hermanito o hermanita.
-Yo también-coincidió su madre
acariciándose el vientre, y luego le recordó a Perséfone:- Te he traído vestimentas
nuevas. Vestidos, faldas que puedas ponerte con camisas… Ah, y por supuesto
traje tu medallón favorito, ese con forma de cofrecito.
-Muchas gracias, mamá. Lo puse todo en
el camarote-le agradeció Perséfone sonriendo-Es una pena que Belinda no haya
podido venir…
-Sí, pero no podía hacerlo sin delatar a
su prometido que su mejor amiga se casaba con un pirata-comentó su madre
arqueando la ceja.
-Y ya te dijimos que es uno de los altos
cargos de Rísoen-intervino el padre.
-Bueno, nosotros tenemos que irnos. Te
queremos, cariño-le dijo su madre abrazándola.
-Yo también os quiero, no me alejaré
mucho de vosotros-le prometió Perséfone, inundándose de su perfume.
Sus padres regresaron al puerto con
ayuda de Cortés y Amarillo, quienes se ofrecieron a llevarles en un bote. Después,
continuó la fiesta hasta la madrugada, surcando con Pegaso el Atlántico…
Alejandro y Perséfone seguían en la orilla,
besándose. Perséfone había hecho uso de la ropa de su madre y por fin se había
deshecho del vestido azul marino para cambiarlo por una bonita falda larga del
mismo color y una camisa blanca que, en lugar de abotonarla, ataba por ambos
extremos encima de su barriga. Seguía llevando su largo cabello suelto, pocas
veces se lo recogía. Con este aspecto se sentía más pirata que nunca.
Alejandro, no había cambiado mucho, seguía
llevando un chaleco y unos pantalones cortos hasta las rodillas, aunque ambas prendas
eran recién fabricadas, ya no tenía por qué sujetarse los pantalones con una
cuerda.
-¿Y si deciden bajar a la playa?-dijo
Perséfone sonriendo con timidez, dejando de besar a Alejandro por un momento.
-No creo que puedan. Se han atiborrado
de ron y comida-le dijo Alejandro y buscó sus labios otra vez, pero se detuvo
para añadir:- Debería decirles que nos tenemos que contralar, ya vamos por la
tercera tanda de oro del tesoro de Dybá.
-No te preocupes, aún hay de sobra en
esta tanda. Tanto que hemos usado y no se ha gastado ni la mitad.
-Tienes razón. Pero de todas formas hay
que moderarnos, ese oro no es infinito-concretó Alejandro. Después le dedicó
una sonrisa pícara a Perséfone y se volvieron a besar.
Aún, después de tanto tiempo, seguían
volviendo al escondite donde Dybá había guardado sus preciados tesoros. Sólo
llenaban un par de sacos y volvían a surcar los mares. No querían llevárselo
todo pues pensaban que allí estaba más seguro. Encontrar el tesoro había
mejorado mucho sus vidas, sobre todo en relación con la comida. Antes se tenían
que conformar con lo que pescaban o robaban, ahora además con todos los
manjares y delicias que se podían permitir comprar. Además, adquirieron algunos
caprichitos como nuevas espadas, mapas, brújulas, catalejos, ropas para después
rasgarlas y, por supuesto, ron.
Alejandro y Perséfone terminaron
tumbados en la arena bajo el millar de estrellas, entre risas, besos y
caricias.
-No cambiaría este momento por nada del
mundo-le confesó Alejandro mirándola feliz, acariciándole la mejilla-, ni por
otro tesoro de Dybá.
-Yo tampoco. Me quedaría contigo para
siempre en esta islita-le contestó Perséfone sonriendo y, rodeándole el cuello
con los brazos, añadió:- Te quiero.
jueves, 18 de junio de 2015
PEGASO 2
¡Hola!
Pegaso es importante para mí y vive gracias a las quienes lo leéis. Por esa magia que creáis queridos lectores, quería regalaros un avance de "Pegaso 2 y la leyenda de las aguasmarinas". Será el prólogo y algunos capítulos que iré subiendo, espero que os guste. Y por favor, no tengáis reparo en comentar.
PRÓLOGO
“Las
frondosas y altas hierbas se abrían a su paso rápidamente con un golpe, aunque
algunas llegaban a arañarle la cara. El viento le agitaba el pelo, sus pies no
permanecían en el suelo por más de un segundo y no volvía la vista atrás. Ángel
corría como no lo había hecho en toda su vida, en una mano llevaba las dos
piedras; en la otra, cogido por la cintura y colgado bocabajo, a su pequeño
hijo de ocho años.
-Papá, yo
creo que ya llevamos una gran ventaja, no hace falta correr tanto-le decía su
hijo con voz temblorosa por los traspiés de su padre, a la vez que intentaba
protegerse de los golpes de las lianas y las altas hierbas con sus pequeños
brazos.
-Sí que hace
falta. Uno no debe rendirse hasta que no haya conseguido lo que quiere de
verdad, por muy cansado que se encuentre y duro que sea el camino-repuso su
padre sin parar de correr, apartando con la otra mano que mantenía cerrada, los
obstáculos herbáceos-. Ya estamos a punto de llegar, hijo.
Pronto, una playa
se abrió ante ellos. Allí les esperaba un barco de madera oscurecida y velas
amarillas. Éste estaba amarrado en perpendicular a la orilla, con la proa
mirando a mar abierto.
-¡Echad la
escala!-gritó Ángel al barco.
De
inmediato, una escala bajó desde la toldilla, Ángel hizo subir rápidamente a su
hijo por ella y después lo siguió. Una vez a bordo, Ángel volvió a hablar.
-Rápido,
zarpemos ya-ordenó a los hombres que se hallaban en cubierta mientras su hijo
corría hacia ellos.
-¿Qué ha pasado
con el rosetón?-le preguntó el joven alto y con una amplia barriga que estaba
al timón.
-Un simple
cuento-respondió Ángel con rapidez, apartando el cabello negro que caía sobre
su cara-. Nosotros nos desentendemos y nuestro amigo también.
-¿Y las
piedras?
-Nos las
repartimos. Creo que me quedé con la mejor parte-contestó Ángel con una sonrisa
en los labios y mostrándole el par de hermosas piedras de un verde o azul
indefinido que llevaba en su mano.”
Proximamente, el primer capítulo.
Suerte, luz, fuerza y feliz día a todos.
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